El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no opinó ayer sobre la apertura de juicio oral contra el expresidente de las Corts Juan Cotino por impulsar la contratación de una empresa pantalla de la trama Gürtel en la retransmisión de la visita que Benedicto XVI hizo a Valencia en 2006, pero sí señaló que «robar bajo la apariencia de la caridad cristiana es especialmente cruel y cínico».

Al respecto, manifestó que le produce «tristeza» que durante tanto tiempo «se haya estado robando tanto», especialmente por «personas que además estaban diciendo que todo se hacía por valores superiores».

En la misma línea, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, calificó de «muy grave» que Cotino, «uno de los jefes del Opus Dei en Valencia», vaya a ser juzgado «por haber estado robando durante la visita del Papa».

El alcalde, que equiparó los hechos por los que el exvicepresidente va a ser juzgado con el episodio de la expulsión de los mercaderes del templo que recoge la Biblia, afirmó que «es vergonzoso para la Iglesia católica valenciana, para Valencia y para todos».