La consellera fue especialmente tajante en el extenso capítulo dedicado a la gestión hídrica, para la que defendió como norma general hacer posible el «principio de autosuficiencia» de la Comunitat Valenciana, gestionando mejor la demanda, recurriendo a suministros «no convencionales como el que proporciona la desalación y la reutilización de aguas residuales» y con el rechazo a «guerras del agua que han terminado».

Elena Cebrián reivindicó «volver a lo técnico» y «dejar de engañar al personal» y en ese contexto manifestó su «no» rotundo al trasvase del Ebro„ «un costoso megaproyecto que no conduce a nada ni está respaldado por la realidad económica, social y territorial», aseguró„ ; defendió el marco jurídico vigente en el Tajo-Segura y apostó por la puesta en marcha «real» del trasvase Júcar„Vinalopó, «con una única toma en el Azud de la Marquesa», destinada a paliar la sobreexplotación del acuífero del Vinalopó y condicionada «por la imperiosa reparación de la balsa San Diego», aplazada cuatro años por el actual gobierno «en funciones o sin funcionar», ironizó en su discurso,y sin la que es inviable la distribución de las aguas del Júcar en territorio alicantino.

Puerto Mediterráneo

Ya en el apartado de preguntas, el numeroso público presente en la sala inquirió a la consellera sobre el futuro del proyecto de Puerto Mediterráneo en Paterna. Elena Cebrián recordó que se estaba siguiendo el procedimiento habitual para proyectos de este calado, que requieren «un tiempo de estudio». Explicó que se han solicitado informes complementarios sobre movilidad, contaminación asociada a la zona, inundabilidad ,etc., que forman parte del proceso reglado de evaluación ambiental de los proyectos. La respuesta definitiva sobre la viabilidad de Puerto Mediterráneo no se producirá hasta el encuentro que la comisión de evaluación ambiental mantendrá en el próximo mes de julio.