La unión hace la fuerza y miles de alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de distintos puntos de la Comunitat Valenciana han decidido unirse y realizar una serie de movilizaciones tras realizar el examen para obtener el certificado B 1 de inglés (el pasado martes) y comprobar que el nivel exigido no correspondía con el material de estudio que establecen las competencias oficiales. Así, y en distintos puntos de la Comunitat Valenciana, los alumnos se han unido para presentar varias quejas a la Conselleria de Educación. Sólo en la EOI de Valencia son casi 8.000 los matriculados en estas pruebas, en Alicante rondan los 4.000 y otros 1.200 en Castelló.

En Valencia, veinte alumnos acudieron el pasado jueves a la EOI en busca de respuestas ante una queja que comenzaba a ser viral en las redes sociales. No se conocían de nada, pero en apenas diez minutos montaron una comisión de reclamación que ayer se pasó todo el día recogiendo firmas tras elaborar un escrito que presentarán este lunes en la Conselleria de Educación. «Tanto en la destreza de comprensión escrita como en la oral, los objetivos que la misma EOI marco para el curso 2015/16 han sido ampliamente superados en la prueba, no ajustándose en absoluto a los objetivos del nivel requerido para un B1», afirma el escrito. Otra recogida de firmas en internet pide la impugnación de la prueba y la repetición de la misma.

Objetivos distintos

Y es que, de entrada, el programa para la comprensión escrita del nivel B1 „dentro del Marco Común Europeo de Referencia (MCER)„ estableció, entre otras capacidades, el ser capaz de identificar las intenciones comunicativas, el tema, ideas principales, los detalles más relevantes, el hilo argumental y las conclusiones de textos claros y organizados «sobre temas generales o relacionados con su especialidad, así como localizar información procedente de distintas fuentes y reconocer las ideas significativas de artículos sencillos de prensa que traten de temas cotidianos identificando las conclusiones principales en textos claramente argumentativos».

Sin embargo, los candidatos se enfrentaron «a un texto de reading que no se ajustaba esos objetivos, habiendo encontrado un vocabulario demasiado extenso para el tiempo a realizar y lleno de ambigüedades».

Pero ahí no acaba la cosa. Respecto a al destreza de comprensión lectora, el objetivo se centraba en ser capaz de identificar información global y específica «en textos orales, breves y concretos, articulados con claridad y a velocidad lenta, en lengua estándar y transmitida de viva voz o por medios técnicos». Estas indicaciones, según los alumnos, tampoco se cumplieron.

«En dos de las conversaciones del examen, había un uso muy idiomático, la lengua no era estándar y el discurso no era claro ni a velocidad lenta o media», alegan los estudiantes en el escrito. Es más, añaden que la dicción o forma de empleo de las palabras «tampoco era clara» y que en todos los audios «hubo varias interferencias, diferentes cambio de volumen y distintos acentos de los interlocutores (de nivel C2 según la guía del candidato)».

Para no dejar nada en el tintero, el escrito también afirma que «seguir conversaciones animadas entre nativos es un objetivo del nivel B2» además de recalcar que en alguno de los audios aparecieron expresiones coloquiales (nivel C1), y la ironía o el sarcasmo (del nivel C2). «Comprender información técnica como instrumentos de funcionamiento, especificaciones de productos y servicios (audio de las aplicaciones de móvil) es también de nivel B2», especifica la denuncia.

Una recogida de firmas desde Change.org no para de sumar apoyos desde ayer con la misma denuncia: «El examen no se ajustó en absoluto a los objetivos requeridos en el nivel B1».

Desde la Conselleria de Educación aseguraron que existe «una comisión redactora de cada uno de los idiomas y niveles, así como una comisión coordinadora de las pruebas de certificación que las supervisa. Además, las pruebas se han sometido por primera vez a un doble pilotaje previo con alumnos del nivel correspondiente, es decir, que las pruebas no sólo estaban supervisadas, sino que además, se habían testado doblemente con alumnos».«Este tipo de quejas es frecuente», concluyeron.