La pelota de la reconciliación lingüística está ahora en el tejado de la casa donde se inició esta partida: la Real Acadèmia de Cultura Valenciana. En esta institución el debate está vivo. El decano, Federico Martínez Roda, halla la resistencia más importante en la Secció de Llengua que encabeza el filólogo Voro López, que ha hecho campaña por el «no» a la declaración conjunta con la Acadèmia. La Secció de Llengua sólo tiene a cuatro representantes en la junta general de la RACV, integrada ahora mismo por 37 miembros (hay tres vacantes). Martínez Roda sólo necesita mayoría relativa —la mitad más uno de los presentes— para sacar adelante esta declaración conjunta que se votará el lunes a las 11.30 horas.

El documento, avanzado el pasado lunes por Levante-EMV, recoge guiños a la órbita de la RACV como la defensa de la denominación llengua valenciana o la alusión a la necesidad «de conciliar las aportaciones histórico-filológicas y los sentimientos identitarios privativos de los valencianos». Es una forma abstracta de conjugar la unidad lingüística aclarando que la identidad no es compartida a ambos lados del Sénia.

El documento también subraya que AVL y la RACV colaborarán «desde el respeto al ordenamiento jurídico valenciano y a los ámbitos competenciales propios de cada una de ellas». El Estatut, en su artículo 6.8, establece que «l'Acadèmia Valenciana de la Llengua és la institució normativa de l'idioma valencià».