Una vez más, la Plataforma en Defensa de Servicios Públicos de Salud Mental se manifestó ayer en Valencia para reclamar el cumplimiento de los derechos fundamentales de las personas con patologías mentales. Además del estigma social con el que deben lidiar, reclaman más atención por parte de la administración valenciana para que los pacientes sean atendidos correctamente por la Sanidad pública y se trabaje por su integración en la comunidad. «Hay muy pocos psiquiatras, centros... no se llega», aseguraron ayer en la marcha, que realizan en Valencia de forma periódica. «Tenemos que recurrir a la justicia para que les den sus derechos y se les atienda», aseguraba Laura Blaz, madre de un afectado.

Remei Balbastre, también presente en la marcha que se inició en la plaza del Patriarca, quiso aclarar que la enfermedad mental «no tiene que estar excluida del resto de enfermedades, tiene que estar integrada dentro de la sanidad pública y no depender de bienestar social».

María Dolores López contaba los numerosas problemas que existen para actualizar o regular una medicación, por las largas esperas para ser atendidos por el psicólogo o el psiquiatra, ya que el médico de cabecera no receta, además del elevado coste económico que supone para las familias buscar lo mejor para sus hijos.

«Mi hija ha estado en dos centros y me he gastado 7.000 euros -2.500 al mes- porque no hay plazas en los centros públicos y la ayuda para los concertados no llega. Para una familia normal es imposible», afirmó esta madre. Es por ello que existen diferentes asociaciones en varios municipios valencianos, «para cubrir lo que las instituciones no hacen» con terapias de psicólogos, asesoramiento jurídico... a precios asequibles, explicaron a Levante-EMV miembros de la Asociación Valenciana de Trastornos de Personalidad (Asva TP). Esta asociación reclama un local municipal donde poder trabajar. «En un año hemos estado en tres locales distintos cedidos por familiares», se lamentó Roser Mut.

Las familias piden un trato diferente, con terapias y sobre todo reinserción a través de talleres ocupacionales y de formación, en lo que también coinciden los psicólogos. «Queremos una atención integral en salud mental, no solo psiquiátrica o farmacológica, que permita que haya un plan de vida», matizó Eloy del Teso, psicólogo de la Asociación para la Salud Integral del Enfermo Mental (Asiem). «Hay que trabajar para que la gente tenga la posibilidad de una vida autónoma...», apuntó el profesional.

Javier Belda, psiquiatra de la junta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, alertó del aumento de tutelas e incapacitaciones civiles, además de los ingresos indefinidos en residencias, que no se revisan, lo que muestra que no se apuesta por rehabilitar para que estas personas vivan en comunidad, explicó. El nuevo Plan de Salud Mental que prepara la conselleria está, en su opinión, «bien, pero formalmente adolece de bastantes problemas». Las familias recuerdan que quien padece una patología mental es un «enfermo, como quien tiene dolor de barriga o cáncer».