La mayoría de personas quieren ser atendidas por sus familiares y en el domicilio habitual en caso de quedarse en situación de dependencia. Esta es una de las conclusiones que se desprende del estudio «Primero, las personas: Cuidar cómo nos gustaría ser cuidados», que ayer presentó la Obra Social de La Caixa y Matia Instituto Gerontológico.

Según el informe, basado en una encuesta realizada en internet a 4.784 personas mayores de edad, en caso de necesitar ayuda en un futuro, el 42,3 % querría quedarse en su casa, frente al 28,6 % que preferiría alojarse en una residencia de ancianos y el 7,4 % en un hogar adaptado.

Las opciones minoritarias serían un alojamiento especial para mayores (6,1 %); el hogar de algún hijo (4,5 %) o una vivienda compartida (2,9%). Además, desearían ser cuidados por la familia (opción que puntuaron con un 8,64 sobre 10); frente a profesionales (7,95); voluntarios (6,46) o vecinos (5,32).

Una tendencia que se ha observado en las encuestas es, según la directora científica del Instituto Gerontológico Mayte Sancho, que, cuanto mayor es una persona, más espera de la familia, ya que los jóvenes confían más que los mayores en los servicios profesionales y el voluntariado. También están más abiertos a vivir, por ejemplo, en una residencia.

A los encuestados -la mayoría de la Comunitat Valenciana, Madrid y Cataluña- les preocupa especialmente depender de otras personas (34,2 %), ser «una carga» para sus seres queridos (27,5%), o no poder decidir sobre sus vidas (15,9 %). A la hora de realizar las tareas domésticas o trámites administrativos, así como de recibir apoyo afectivo, la mayoría también prefiere que se encargue un familiar.

Más mujeres cuidadoras

Según el director del Área Social de la Fundación La Caixa, Marc Simón, se calcula que 4,5 millones de personas son cuidadores no profesionales en España, de los que 702.000 son mayores de 65 años y mujeres en su mayoría.

Un 16,3 % de los cuidadores han reducido la jornada laboral o han dejado de trabajar, especialmente las personas de entre 35 y 54 años, denominadas «generación sándwich»,ya que tienen que criar a sus hijos y cuidar a sus padres de avanzada edad.

No obstante, a pesar de esto y de la reducción del tiempo que pueden dedicar al ocio, las familias aseguran que estar con sus mayores les aporta sentimientos positivos y beneficio emocional. Mayte Sancho quiso señalar que el cuidado de los dependientes, es responsabilidad de los poderes públicos y de toda la sociedad.