José Maria Gil, analista de Seguridad y Terrorismo en International Security Observatory, aseguró ayer en Valencia que el terrorismo yihadista «no ha parado de crecer» en los últimos treinta años debido a que las sociedades occidentales «no han sabido enfrentarse» a un movimiento del que destacó su gran resiliencia y «su capacidad para aguantar los embates de la comunidad internacional, rehacerse y mutar de estrategia en un pequeño espacio de tiempo».
«En realidad, este fenómeno„el terrorismo de base islamista„ no ha dejado de ganar espacio. Si tras la guerra afgano-soviética teníamos un actor claramente identificado como Al Qaeda, hoy seguimos teniendo a esta organización; al Estado Islámico y al mismo tiempo a multitud de franquicias que se afilian a uno u otro movimiento en cualquier país del mundo y también en el corazón de Europa, como se ha visto en Bélgica», recordó.
Según el experto, desde que el terrorismo islámico estuvo a punto de terminar con Argelia no ha habido una respuesta «inteligente» a estos movimientos: ni la guerras de Afganistán, ni el conflicto y la ocupación de Irak han servido más que para reforzar las posiciones del terrorismo.
«Antes , su llamada movilizaba a gente musulmana de unos cuantos países de esa órbita cultural y religiosa; ahora son jóvenes de Estados Unidos, américa latina, Europa, África, Canadá y hasta China. El fracaso es absoluto», destacó.
José Maria Gil sostiene que Occidente ha sido «muy errático» en sus respuestas frente al terrorismo islámico, que ha «aprovechado nuestras fortalezas morales, jurídicas y democráticas para presentarlas como debilidades y sacar partido de ellas».
«Cuando ahora hay grupos que plantean un recorte de derechos ciudadanos, que deje de aplicarse los acuerdos de Schengen o cuando un grupo de extrema derecha en Francia, España o Alemania exige medidas de control que rozan o son abiertamente racistas, están otorgando «un triunfo» a los terroristas del que se jactan en sus redes. Fijaros, dicen, nos tienen miedo; van a cambiar sus leyes».
Es necesario, dijo, respuestas «más inteligentes» que incluyen medidas sociales para no hacer «el caldo gordo» a estos grupos. «No puede ser que en Valencia, en Murcia o Madrid crezcan en paralelo dos sociedades que apenas se conocen y no conviven».
Por último se refirió al «fracaso sin paliativos» de la intervención en Libia, dónde el derribo del régimen de Gaddafi ha derivado en una «inmensa amenaza para Europa» con el Estado Islámico controlando casi 400 kilómetros de costa
Alerta justificada en Europa
José Maria, «Chema» Gil, cree justificada la alerta de que se vive en Europa por la amenaza yihadista y la proximidad de eventos como el Campeonato de Europa de Fútbol, aunque matiza la probabilidad de que se produzca un gran atentado.
«Si estos individuos pudieran hacer un atentado complejo, importante, con centenares de muertos y que, además, se correspondiera con sus intereses, lo harían», explica el experto. No obstante, cita análisis de seguridad que descartan esta opción, tanto por la complejidad que requiere como por la respuesta bélica que generaría en los países europeos sobre las posiciones ocupadas actualmente por los terroristas.
«Saben que no es necesario derribar las Torres Gemelas: un solo miembro de sus brigadas atropelló en Londres a un soldado y luego lo degolló cuando vio a los testigos grabando con sus móviles. Es tremendo. Saben que con poca gente y sin ninguna complejidad operativa pueden conseguir un gran impacto», y así ha ocurrido ya.
Sobre la contribución española al combate del terrorismo islámico, José Maria Gil dijo que el espionaje español sigue teniendo «una buena posición» en los países donde se han hecho fuertes los terroristas y acceso a información muy cercana a estos grupos. Inscribió en este contexto los «éxitos» en la liberación de ciudadanos españoles secuestrados en estos países aunque destacó como elemento negativo que los terroristas sepan que hay «un banco»„ironizó„ «dispuesto a pagar rescates».
