Andrea Ollero también expone estos resultados desde su dilatada experiencia trabajando con jóvenes, ya que desde 1986 coordina el gabinete psicopedagógico de la Mancomunitat de Municipis de la Safor, y desde 1993 es vocal de la junta directiva del Colegio de Psicólogos de la Comunitat Valenciana, donde se ocupa de las áreas de Educación e Intervención Social. En este sentido, Andrea Ollero lamenta que las administraciones públicas, y especialmente los ayuntamientos, suelen ver las políticas de juventud como «una asignatura maría», en el sentido de que no les otorgan la relevancia en la gestión que a su juicio merecen.

Ollero considera que la mejor opción para evitar vaivenes políticos y garantizar una programación estable es que los técnicos municipales de Juventud tengan la categoría de funcionarios, y en este sentido pone como ejemplo los ayuntamientos de Bellreguard y de Oliva, donde hay desde hace años técnicos específicos con una plaza pública fija.

Estrategias prioritarias

«Las políticas de juventud -resume-?deben ser serias, transversales y prioritarias. Deben contar con sus aportaciones y servir para mejorar su calidad de vida». Por ejemplo, Ollero pide que se recuperen programas de ocio nocturno alternativo durante los fines de semana, que les evite recurrir al «botellón» o a experimentar con el cannabis.

La crítica de Ollero coincide con el 49% de los jóvenes encuestados en su estudio, para quienes los recursos juveniles en su municipio no son suficientes para animar a la participación.

La Mancomunitat de Municipis de la Safor, creada hace 3o años, es pionera también en organizar actividades para jóvenes. De aquí han surgido iniciativas como el Calaix Jove, donde los municipios intercambian sus iniciativas en materia de juventud. El ente mancomunado programa actividades como la Trobada de Joves de la Safor, que este año se celebrará a mediados de septiembre en Oliva, el Circuit de Música o el Creart Jove, exposición itinerante de jóvenes artistas en diferentes disciplinas.