El nobel Ed Fischer disfrutó de su visita al instituto Lluís Vives tanto como los alumnos y profesores que le acogieron. Enamorado del arte, de hecho estudio piano en el conservatorio de Ginebra, tras la conferencia aceptó la invitación de la directora del centro, Carmina Valente, para conocer la capilla del antiguo colegio San Pablo del siglo XVII que guarda el colegio. Sorprendido por que el instituto esconda bajo su patio un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, fue el propio Fischer quien pidió visitarlo.

Llevado por su espíritu de científico curioso, que mantiene intacto a sus 96 años, no paro de hacer preguntas sobre los bombardeos que sufrió Valencia, cómo bajaban los alumnos al refugio y cuánto tiempo pasaban allí.