La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado presentó ayer una denuncia por vía penal contra el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, y lo comparó con el neofascismo. La denuncia, interpuesta en los juzgados de instrucción de Valencia, se registra sólo tres días después de que el colectivo de homosexuales Lambda y otras 55 entidades sociales, políticas y sindicales presentasen otra denuncia contra el prelado de Utiel ante la Fiscalía.

La acusación de Lambda se basaba en supuestos delitos de odio por sus declaraciones «homófobas y machistas» tras criticar el «imperio gay», la «ideología de género» y «ciertas ideologías feministas». La denuncia que formalizó ayer la red de inmigrantes se fundamenta en un presunto acto de «apología de delitos de odio» que cometió el purpurado valenciano cuando el pasado 14 de octubre, en plena crisis humanitaria de refugiados, declaró: «¿Esta invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio?». También lo equiparó a un nuevo «caballo de Troya» en la Europa cristiana.

En aquel momento, la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado presentó una denuncia ante la Fiscalía, que ha sido archivada. «Ante la inacción por parte de la Fiscalía Valenciana, y la evidente protección de cargos integrantes en la jerarquía católica», sostienen los denunciantes, han optado por recurrir a la jurisdicción ordinaria. Acusan al cardenal Cañizares de «apología de delitos de odio con los agravantes de publicidad y ataque a minorías». En la denuncia incorporan también las últimas declaraciones contra el «imperio gay» y la «ideología de género».

La anomalía instalada

En tres días, el cardenal ha recibido dos denuncias: una en la Fiscalía y otra por vía penal. En una semana, ha arengado a desobedecer leyes inspiradas en lo que denomina «ideología de género», ha escrito cartas con críticas fervientes a Ximo Puig, a Mónica Oltra y a los portavoces socialistas en las Corts, y ha hecho pública una larga misiva abierta a la diócesis de Valencia en la que comparaba las Corts Valencianes con un «tribunal popular» y acusaba al president Puig de «incitar al odio». El PSPV ha promovido una reprobación del cardenal en el Parlamento valenciano. La vicepresidenta del Consell ha reclamado a la Conferencia Episcopal que actúe. Una minoría de cristianos progresistas han solicitado que el papa aparte al cardenal y órganos católicos han exhibido su adhesión total al purpurado. Incluso un grupo de bicinudistas se ha concentrado a las puertas del Palacio Arzobispal de Valencia como protesta contra el titular de la archidiócesis valentina. Todo ello se ha concentrado en una semana trufada de apariciones mediáticas. La anomalía se ha instalado definitivamente en torno a la Iglesia valenciana.

Al presentar la denuncia por vía penal contra un príncipe de la Iglesia que fue ministro de la Santa Sede hasta su llegada a Valencia, la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado ha afirmado que «el cardenal Cañizares en su momento buscó la criminalización de las personas solicitantes de asilo y refugio, al instar contra la apertura de fronteras alineándose con las mismas consignas que organizaciones de corte neofascista como Hogar Social Madrid utilizaron en las calles de Madrid». En opinión del colectivo, el arzobispo de Valencia «representa un factor ultraconservador que pretende subvertir el orden constitucional».