«No sé si estoy todavía soñando o estoy despierto». El correo electrónico con la buena nueva le llega al doctor Campo Güerri recién amanecido en la costa oeste de Estados Unidos donde, precisamente, está para reunirse con el equipo de investigación mundial del que forma parte y por cuyos avances ha sido merecedor del Premio Jaume I de 2016 en el área de Investigación Médica. Se declara «feliz» y no solo por lo que supone para él sino «por todo el equipo, es una gran satisfacción».

Campo Güerri es jefe de la unidad de hematopatología en el Hospital Clínic de Barcelona y catedrático en Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona. Junto a su colega Carlos López-Otín fue seleccionado como director científico del proyecto de secuenciación del genoma de la leucemia linfática crónica asignado a España. Gracias a su trabajo, el abordaje de las leucemias está siendo, «cada día, más especializado» y, por lo tanto, con más posibilidades de éxito.

Para el investigador, éste «no es un premio más», ya que han sido 23 premios Nobel los que han apostado por su investigación y no por otra. Gracias a este estudio internacional se ha logrado clasificar los distintos tipos de leucemia y el desarrollo de diferentes tratamientos para cada uno de los grupos detectados, aumentando la tasa de supervivencia en varios y rebajando los efectos secundarios en otros. «No es solo poner nombre, es entender cuál es su mecanismo, cómo afectan y establecer criterios de tratamiento». Precisamente este trabajo de investigación -que estaba dotado para cinco años pero que ha alargado otros tres más- se cierra este 31 de diciembre. Campo Güerri espera que este galardón «ayude a convencer a los responsables para mantener la financiación porque se está aportando conocimiento y se está transformando el modo en que estos tipos de cáncer son diagnosticados en los hospitales», explica emocionado.