La calle Juan de Garay, en el barrio valenciano de Favara, se llenó ayer por la mañana de agentes de la Policía Nacional especializados en antiterrorismo. En el quinto piso del número 10 de dicha calle se ocultaba un presunto captador de yihadistas con contacto directo con cabecillas de Estado Islámico. Su centro de operaciones se encontraba en pleno centro de la capital del Túria, en un locutorio ubicado en el número 9 de la calle Corretgeria, desde el que hacía apología y proselitismo del terrorismo a través de redes sociales con el objetivo final de captar, radicalizar y adoctrinar a sus seguidores.

Agentes de la Brigada Provincial de Información de Valencia, con el apoyo de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, irrumpieron en la vivienda del presunto yihadista en torno a las 8.20 horas. El detenido está casado y tiene dos hijas adolescentes y un niño de unos cuatro años. Su pareja prefirió no hacer declaraciones a este periódico hasta que se aclaren los motivos de la detención de su marido.

Según fuentes policiales, el detenido, de nacionalidad marroquí y unos 45 años, es el «responsable de la creación de una extensa red de perfiles en redes sociales cuyo objetivo final era la captación, radicalización y adoctrinamiento de sus seguidores». Los contenidos del complejo entramado virtual, creado por el arrestado, pretendían ensalzar, justificar y difundir las actividades de Estado Islámico, incitando en última instancia a la colaboración terrorista.

Asimismo, el arrestado se comunicaba con un gran número de combatientes en las filas del EI operativos en la zona de conflicto sirio-iraquí, incluyendo miembros destacados, y manifestó en diversas ocasiones su deseo de integrarse como combatiente en las filas de dicha organización terrorista. Así, había asumido, como parte del engranaje orgánico de la red, las tareas de propaganda, elaboración y difusión de mensajes antisemitas, de incitación al odio, de justificación y enaltecimiento de la yihad, así como incitación a la violencia y al martirio terrorista, incluyendo contenido de menosprecio y humillación a las víctimas de sus atentados terroristas.

Además de adoctrinar a sus seguidores, éstos eran puestos a prueba mediante fórmulas retóricas en las que tenían que demostrar sus posicionamientos morales y su predisposición a aceptar un compromiso total de colaboración con la organización terrorista.

Los investigadores también registraron ayer al mediodía el locutorio que regentaba el arrestado en el centro de Valencia. La operación ha sido coordinada por el Juzgado Central de Instrucción cuatro.