­El jefe de servicio de Anestesiología del Hospital Clínico de Valencia, expedientado por la Conselleria de Sanidad tras aparecer aludido en la grabación que refleja las coacciones a una médica para que renunciara a una plaza lograda por bolsa, puso ayer su cargo a disposición del gerente del centro hospitalario pero no le fue aceptada la renuncia. Según detallaron anoche a este periódico fuentes del entorno del jefe anestesista que hablaron directamente con él, el gerente del Clínico le trasladó que había un expediente disciplinario en curso „que pesa sobre él y sobre la jefa de sección, que es la persona que realizó la llamada con presuntas amenazas y coacciones„ y que el proceso disciplinario debía seguir su cauce normal hasta su conclusión y el dictamen final.

El jefe de servicio le comunicó que no deseaba que el nombre del hospital se viera manchado por culpa de este escándalo en el que se ha visto inmerso. Pero ni aun así el gerente aceptó la renuncia. El Colegio Oficial de Médicos también ha abierto expediente informativo en este caso.

Fuentes de la Conselleria de Sanidad precisaron anoche que no había ninguna constancia oficial de la renuncia definitiva del jefe de servicio de Anestesiología, que algunos medios habían dado por definitiva ayer por la tarde. La dirección del hospital no tenían constancia de ninguna dimisión efectuada.

Fuentes conocedoras del caso precisaron ayer que el jefe de servicio de Anestesiología del Clínico es profesor titular de la Universitat de València y que su nómina, por tanto, no la abona la Conselleria de Sanidad, sino directamente la Universitat de València. Hoy está prevista una reunión en el Clínico y podrían precipitarse nuevos acontecimientos al respecto.

La grabación conocida el lunes por la tarde, y que se ha hecho viral hasta precipitar la aparición de nuevos casos y la apertura de expediente por parte de Sanidad, revela presuntamente las presiones sufridas por una médica para que no acepte el puesto de trabajo en el Hospital Clínico que le había sido asignado por la bolsa de trabajo. Se lo pide la jefa de sección de Anestesiología como un «favor». Según se deduce de la conversación, varios cargos del hospital le explicaron a la mujer que «lo normal para trabajar en este hospital es entregar el currículum, y cuando haya un hueco adecuado para ti, se te avisa».

La médica afectada cita a otro superior, que ya le había pedido que «por favor, renunciara a la plaza», lo que le repite la responsable. «Simplemente, por favor, renuncia a la plaza. Aunque te quedes penalizada, tampoco pasa nada porque están todos penalizados; os vuelven a llamar, no hay ningún problema», le asegura. Además, le da a entender que es una práctica habitual: «La gente renuncia porque las plazas son conocidas».

No obstante, a la facultativa estos argumentos no le convencen. «Entonces, ¿por qué me han llamado de la bolsa», pregunta. «Son cosas de la bolsa, pero no eres el perfil; esas plazas se han movido internamente para asegurar gente de aquí», le responde, y le insta a llamar a otras dos personas «para que te expliquen cómo funcionamos aquí». «Hay que entrar un poquito en el juego, no puedes entrar en la guerra», le afirma. «No puedes entrar en un hospital sin el beneplácito de la dirección ni del jefe de servicios», le dice.