El punto neurálgico es l'Albufera y se puede disfrutar de su atractivo a pie, en barca, sobre la bici, a palazos a bordo de una piragua y hasta en tartana. Son las rutas que programa Silla durante diferentes épocas del año con un denominador común: disfrutar del paraje natural, adentrarse en la naturaleza y conocer vegetación y fauna autóctona.

Entre las travesías en barca la más larga es la que comprende entre el Port de Silla y el de Valencia. Un viaje de tres horas para recorrer 19 kilómetros sobre una nave típica de l'Albufera, en el que se puede contemplar la gola de Puçol antes de penetrar en el Mediterráneo hasta llegar al cap i casal. Si se prefiere un trazado versión reducida, partiremos del mismo punto que en la anterior visitando la mota del Sequiasset, la del Rei, de Sant Roc y de la Colomera. En el trayecto de apenas 90 minutos se aprecia el uso ecológico de las motas y «els ullals» del paraje.

Si por el contrario, somos de surcar las aguas pero haciendo ejercicio, Silla ofrece dos rutas en piragua. La primera, de 45 minutos, comprende un ida y vuelta desde el puerto hasta el Sequiol del Port. Sólo son seis kilómetros para familiarizarse con la embarcación. Para los más expertos se dobla el tiempo de la excursión, recorriendo la mata de Sant Roc, bordeando l'Albufera para concluir en el punto de partida. Este mismo viaje también se puede realizar a bordo de la vela latina, una embarcación nacida a principios del siglo pasado con una vela triangular y que los pescadores utilizaban para desplazarse rápidamente por el lago.

En bicicleta se pueden recorrer «Els motors de Silla». En una ruta de poco más de siete kilómetros partiendo desde el ayuntamiento, se visitarán el motor del Mas del Baix, el de la Canal, el del Salvador y el del Port. Durante cada parada se produce un viaje en el tiempo para conocer el uso de esas pequeñas casetas construidas en la primera década del 1900 para abastecer de riego los campos de cultivo y zonas arroceras. En cuanto a la oferta senderista, se puede caminar dos o tres horas desde el Port de Silla hasta el motor del Sequiasset o hasta el del Desaigüe.

Pero sin duda, la más original es la ruta en tartana. Un recorrido por distintos puntos de l'Albufera para contemplar vegetación autóctona, cultivos o arrozales en plena época de la siega pero en un carro como medio de trasporte, tal como hacían los habitantes del entorno del paraje natural en el siglo XVIII. Una mezcla perfecta de naturaleza, cultura y tradición.

Casco histórico

Y si nos hemos quedado con ganas de más, el centro histórico ofrece una visita guiada por las viviendas modernistas de Silla como la antigua sede de Correos, la casa de la Pera, la de Minyana, la farmacia Moliner, la casa de la Pilotera, Pionono, la del Notari, el Musical y la de Escorihuela. La iglesia de la Mare de Déu dels Àngels también es de parada obligatoria, con pinturas de Vicente López, así como el parque arqueológico de Las Termas Romanas, una de las zonas más importantes del patrimonio cultural de Silla.

El último punto es la Torre musulmana, una construcción situada en pleno centro y que incluye una colección museográfica de cerámicas halladas en unas excavaciones arqueológicas hace años. El edificio, declarado monumento historico-artístico nacional, representa una de las señales del paso de la cultura musulmana por el municipio.