El traumatólogo que denunció otro presunto caso de coacciones en el Hospital Universitario La Fe al intentar incorporarse a través de la bolsa de trabajo a un puesto en el servicio ha decidido ir un paso más allá de la denuncia presentada ante los responsables del centro y acudirá a los tribunales.

Así lo confirmó ayer a Levante-EMV el médico, Jerónimo Villamón, que adelantó que esta semana presentará una querella contra el jefe del servicio de Traumatología de La Fe con el que se reunió de forma previa para ocupar su plaza y que le comunicó que ésta había sido retirada después de que Villamón confirmara que la aceptaba. El traumatólogo era el aspirante decimocuarto a la plaza de La Fe después de que los primeros trece renunciaran a ella.

Según el especialista médico, la querella se presentará por un presunto delito de prevaricación administrativa ya que las coacciones «son difícilmente comprobables» y, además, pedirán la inhabilitación del jefe de servicio que le advirtió que, el aceptar el puesto iba a desembocar en una «situación desagradable».

Reunión fracasada

Villamón explicó que la decisión «está tomada» después de la última reunión que mantuvo el pasado jueves con la directora médica del centro, Mª Jesús Arilla y el director de Recursos Humanos para abordar la denuncia presentada ante la Conselleria de Sanidad por lo sucedido a finales de mayo.

Según Villamón, el encuentro fue «un rotundo fracaso» y no hubo «ningún gesto» por parte de los responsables de La Fe que le animaran a replantearse su camino hacia los tribunales. «No hubo ningún atisbo de arrepentimiento ni un detalle por lo sucedido, más bien cerraron filas», aseguró el traumatólogo que explicó que él esperaba «algún paso para llegar a un entendimiento después de lo sucedido pero lo cierto es que su posición me allanó el camino» hacia la querella que asegura pondrá «sí o sí. No puede pasar nada esta semana que me aparte de ello».

Villamón, que será el primero en presentar una querella contra un jefe de servicio tras los diversos casos que se han destapado de presuntos amaños y coacciones en el acceso de los profesionales a través de las bolsas de trabajo defendió que daba el paso «para que no se repitan estas maniobras oscuras que son demasiado frecuentes, para que los hospitales establezcan algún tipo de cortafuegos y porque tengo la razón».

Para Villamón, que está trabajando en el ámbito privado, el puesto suponía «un reto y una oportunidad que me apetecía».

El caso de Villamón será el segundo de presuntas coacciones a médicos para dejar plazas alcanzadas por la bolsa de trabajo que llegará a los juzgados ya que el primero, el de la anestesista a la que aconsejaron en el Clínico renunciar a la plaza porque era para alguien «de dentro» y que supuso abrir la caja de los truenos de esta práctica, ya está siendo investigado en la Fiscalía.