Sucedió en diciembre. A cuatro días de las elecciones generales, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, apareció por Valencia cargado con 1.536 millones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). «No sé de que se quejan», espetó frente a las acusaciones del Consell de asfixia económica. El hombre del saco del dinero vuelve hoy a Valencia, de nuevo en campaña, y las expectativas son que aterrice con la liberación de los millones del FLA aprobados hace unas semanas.

Pero esta vez llegará con el ambiente caldeado. El Consell sorprendió ayer con una carga preventiva contra la actitud de Rajoy y su ministro con la Comunitat Valenciana. El motivo es el último «no» del equipo de Montoro a la última reclamación del Ejecutivo valenciano: 450 millones de euros con cargo a la liquidación del presupuesto de 2014, un dinero que corresponde a la Comunitat Valenciana y que el Gobierno mantiene habitualmente retenido dos años y se paga en julio.

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, pidió el dinero por carta el pasado día 3. Serviría para hacer frente a necesidades de tesorería que no se pueden pagar a través de FLA y permitiría avanzar en la reducción del periodo medio de pago a proveedores, cuya demora ha criticado el propio ministerio. Esos eran sus argumentos.

En concreto, según Soler, el paquete de millones se emplearía, entre otras cosas, en abonar la paga extraordinaria a los funcionarios de la Generalitat, las universidades y el sector público.

Sin embargo, Montoro respondió que no. «La petición no está justificada „alegó ayer Hacienda en un breve comunicado„. La ley regula la concesión de los anticipos y la documentación que han mandado no justifica la cuantía».

Quitó cualquier responsabilidad al ministro y las descargó en cuestiones técnicas.

La respuesta no valió para el Consell, que ayer tarde compareció por medio de sus más altos representantes: el president, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra (PSPV y Compromís, respectivamente). Una forma de escenificar el grado máximo del enfrentamiento y el agravio.

Ambos estaban ayer en Alcoi por motivos electorales y comparecieron juntos en el ayuntamiento para afear a Montoro su decisión, por «injusta» y por responder a intereses electorales, señalaron.

«Esto sí que rompe España, esto sí que altera las reglas del juego», declaró Puig. La decisión «va en contra de un Estado como el nuestro, en el que nadie puede poner la mano en la caja y distribuir los recursos como se le antoje en función del interés electoral».

«No vamos a permitir que los valencianos volvamos a bajar la cabeza. Este gobierno no lo va a permitir», agregó.

Oltra, por su parte, justificó la convocatoria de urgencia de ayer en Alcoi porque los intereses de los valencianos «están por encima de los intereses electorales y, por tanto, teníamos que comparecer para valorar la negativa del gobierno en funciones de Rajoy a pagar a los valencianos los 450 millones que nos pertenecen».

La vicepresidenta calificó de «inaceptable» la postura del ministro y la enmarcó en la campaña del 26J. «Nos castiga un Gobierno en funciones y a pocos días de las elecciones, algo que es doblemente grave, y además se ha hecho un uso partidista y electoral del dinero de todas y todos».

La financiación es uno de los ejes de gobierno del bipartito. La mejora del modelo es una cuestión compartida por todos los grupos , como evidenciaron en las Corts. Pero mientras el sistema no se altera, el Consell mantiene un choque con Montoro por su control del grifo del dinero. Arbitrario y partidista, insistieron ayer.

Los números que ponen sobre la mesa evidencian un trato desigual este ejercicio en comparación con el pasado, durante el tiempo en que Alberto Fabra (PP) ocupaba el Palau. Así, el Gobierno central había dado al anterior Consell por estas fechas 2.954 millones entre el FLA ordinario y extraordinario y los anticipos de la financiación (516 millones de un total de 684). Este año solo ha desembolsado 536 millones de los 1.245 de la liquidación. Y el FLA continúa sin llegar. Quizás hoy.