Las nuevas tarjetas de estacionamiento para personas con movilidad reducida que se expidan a partir de hoy incluirán un holograma que hará más difícil su reproducción fraudulenta a través de fotocopias, uno de los principales problemas que se registra con estas autorizaciones.

El nuevo diseño forma parte de las mejoras incluidas en la nueva normativa autonómica sobre estas tarjetas que entra hoy en vigor. Tal como adelantó el pasado mes de marzo Levante-EMV, el nuevo decreto sobre las tarjetas de estacionamiento, que sustituye al de 2001, amplía el número de colectivos que podrán tener acceso a esta prebenda e incluye a las personas con ceguera, discapacidad visual grave o sordoceguera. Otra de las grandes novedades es que las personas con una enfermedad de «extrema gravedad» podrán tener acceso a estas tarjetas de forma provisional y por «razones humanitarias» pese a que no hayan pasado por el preceptivo examen que les acredite como persona de movilidad reducida.

Así, pacientes en procesos de enfermedades graves que supongan «fehacientemente una reducción sustancial de la esperanza de vida que se considera normal para su edad» podrán optar a estas tarjetas previo informe de un médico especialista que, además deberá ser verificado por la inspección sanitaria. Estas tarjetas especiales serán válidas durante un año, con posibilidad de prórroga. Además, los colectivos que presten servicios sociales a la dependencia obtendrán la tarjeta para los vehículos que se destinen en exclusiva a su transporte colectivo.

Según el nuevo articulado serán más las personas que podrán acceder a estas tarjetas por lo que, a juicio de los colectivos de personas con movilidad reducida, como Cocemfe, se hacía más necesario todavía contar con nuevos mecanismos de control contra el fraude como el holograma en las tarjetas, tal como apuntaron ayer fuentes de la entidad.

«Llevábamos años pidiéndolo por lo que estamos muy satisfechos con este logro», aseguraron. La Conselleria de Igualdad quiere reforzar también este control a través de un nuevo registro autonómico de tarjetas cuya creación se prevé también en la nueva norma para «evitar duplicidades».