Investigadores valencianos y daneses han usado con éxito una variedad de pasto gigante de dos metros de altura (maralfalfa) como alimento para cabras de la raza Murciano-Granadina, la principal raza lechera española, que permitirá reducir los costes de la producción de la leche. El estudio se ha hecho en una granja experimental de pequeños rumiantes de la Universtitat Politècnica Valenciana.

La clave del ahorro está en la mayor producción por hectárea de esta variedad de gramínea gigante que puede llegar a ser hasta un 30 % superior a la alfalfa, lo que permitirá tener un precio de mercado muy inferior e incrementar el beneficio económico por cada litro de leche producido en el sector caprino.

Los animales han sido alimentados con este forraje originario de Sudamérica y conocido científicamente como Pennisetum sp en unas granjas experimentales, y se ha obtenido la misma cantidad leche y de igual composición química de grasa, proteína y lactosa a la obtenida cuando son alimentados con alfalfa (Medicago sativa).

El investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la UPV Ion Pérez Baena ha explicado a EFE que maralfalfa puede ser cosechada hasta ocho veces al año durante siete años, alcanzar hasta 5 metros de altura y tener un rendimiento de 60 toneladas de materia seca por hectárea frente a las 20 toneladas que produce la alfalfa.

Además esta variedad sudamericana presenta una gran resistencia a plagas y enfermedades lo que evita en gran medida los tratamientos fitosanitarios.

«En las explotaciones de caprino lechero los costes de alimentación del ganado suponen hasta un 80 % de los costes totales. Utilizar alimentos que abaraten la ración diaria de los animales es una práctica necesaria para asegurar la viabilidad de las mismas», resaltó.

Una gran parte de las explotaciones lecheras de raza Murciano-Granadina están ubicadas en zonas donde, debido a sus características climáticas, existen grandes carencias de pastos naturales.

«Es por ello que la mayoría de los alimentos utilizados son adquiridos fuera de las ganaderías, lo que provoca una gran vulnerabilidad de las mismas ante las fluctuaciones de precio», añadió el investigador.

Alto contenido en proteína

La maralfalfa es una gramínea con un alto contenido en proteína y es medioambientalmente reconocida por su alto reciclaje de nitrógeno (del suelo a la planta), aunque cuando se alimenta a los rumiantes con ella se suele emitir a la atmósfera una mayor cantidad de metano nocivo para el medio ambiente que si se alimentan con plantas de zonas templadas como la alfalfa.

Según destacó el catedrático del departamento de Ciencia Animal de la UPV Carlos Fernández, en su estudio «no se observaron diferencias de emisión de este gas por unidad de ingestión o por cantidad de leche producida, estando este resultado asociado a la cantidad de fibra y a la mayor relación hojas/tallos que presenta la maralfalfa».