La consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, conoció ayer tarde un informe de Enrique Lapuente, gerente de la Entidad de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), en el que se detallan los gastos realizados por esta sociedad pública en obras y servicios ajenos a su objeto social, entre los que figuran casi 15 millones de euros invertidos en la Copa del América o en el Pabellón de la Expo del Agua celebrada en Zaragoza (2008).

Elena Cebrián asegura que a partir de ahora esa práctica está «desterrada», al tiempo que cifraba en 189.182.923 euros el quebranto provocado por estas prácticas de la anterior Administración a las arcas de la Epsar, cuya exclusiva misión, de acuerdo a la ley de Saneamiento, es gestionar el canon que se cobra en el recibo del agua para financiar la explotación, conservación y en su caso la construcción de las depuradoras de aguas residuales.

El desvio de 189 millones de euros a actividades impropias de la Epsar ha incrementado la carga financiera de la empresa y comprometido su encomienda para la depuración. Ahora es la Epsar la que intenta recuperar las inversiones realizadas, bien reclamándolas directamente la Generalitat, bien identificado a los usuarios beneficiarios «siempre que sea posible», según dijeron fuentes de la Conselleria de Agricultura.

Según el informe conocido ayer por la consellera, los gobiernos del Partido Popular en la Generalitat Valenciana cargaron al presupuesto de la Epsar 189,1 millones de «gastos impropios obtenidos a través de recibo del agua para pagan los ciudadanos y que incluye un apartado específico para saneamiento.

Por esta vía, la Copa del América generó un gasto corriente de 24.991.431 euros más 2.243.935 en inmovilizado. El objetivo: minimizar los vertidos de las acequias y mantener «limpio» a toda costa el campo de regatas de la competición.

La recogida de los restos que escapaban al control y llegaban al campo de regatas tuvo un coste de de 7.587.920 euros.

7,7 millones en la Expo de Zaragoza

También por resolución del Consell, la Epsar se tuvo que hacerse cargo del 100 % del coste de construcción, mantenimiento y funcionamiento de la Expo de Zaragoza 2008, que supuso un gasto extra de 7,76 millones.

Otros gastos «impropios», aunque en este caso vinculados con la gestión hídrica que aparecen en el informe son los destinados al «abastecimiento de aguas», para el que se emplearon 68, 74 millones de euros; la modernización de regadíos y la desalobración de agua procedente de las depuradoras Rincón de León y Benidorm. A partir de 2002, el Consell financió con cargo a la Epsar la desalación del agua de las depuradoras alicantinas para su reutilización en la agricultura, aunque sin repercutir los costes a los beneficiarios.

Cuando la Generalitat comenzó a tener problemas presupuestarios y una vez excedido el límite de financiación, el Gobierno valenciano recurrió a las entidades públicas como la Epsar para eludir estas limitaciones a cambio de endeudarlas y, como en este caso, de incumplir la ley de Saneamiento que especifica el carácter finalista de los fondos del canon de saneamiento: explotación y conservación de depuradoras.