El retraso en la finalización del corredor mediterráneo, incluso en la versión «descafeinada» del tercer carril, está prestando ya ventajas a terceros países que son competencia directa del espacio de producción hortofrutícola formado por Almería, Murcia y Comunitat Valenciana.

Un ejemplo claro de las ventajas competitivas que aporta el transporte por ferrocarril es la puesta en marcha del «Fresh Food Corridor», una iniciativa lanzada por varios países europeos e Israel que permite a este país introducir en grandes centros logísticos como los puertos de Hamburgo y Rotterdam su producción hortofrutícola mediante envíos en barco hasta el puerto de Marsella-Fox y desde allí, por ferrocarril, hasta los puertos del norte de Europa. El primer tren del «Fresh Food Corridor» partió de Marsella el 14 de abril y un segundo envío salía del puerto francés el 21 de mayo.

Los promotores de esta iniciativa: Eslovenia, Francia, Italia Chipre e Israel, cuentan con una financiación europea de 17 millones de euros que suponen el 50 % del proyecto. La iniciativa preve realizar envíos similares a los puertos de Venecia (Italia) y Koper (Eslovenia) que representan la apertura de nuevas rutas para la exportación.

Una opción sólida

El secretario autonómico de Vivienda, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Josep Vicent Boira, presentó ayer el «Fresh Food Corridor» en las jornadas de logística internacional en Feria Valencia como «un ejemplo de los problemas a los que nos enfrentamos por falta de una infraestructura como el corredor mediterráneo de mercancías».

El «Fresh Food Corridor», que utiliza una naranja como imagen de marca, permite a la producción agrícola de Israel llegar en 6 o 7 días de navegación a Marsella, y en 30-40 horas en tren situarse en Rotterdam o Hamburgo.

«Nosotros, teniendo la producción, la calidad y las variedades, no podemos poner prácticamente ni una tonelada en tren: todo va por camión, que es un medio insostenible, sobre todo cuando otros se están poniendo las pilas para combinar medios y producir un transporte más seguro, puntual y sostenible», apunta Boira.

La apuesta del proyecto está en línea con las prioridades europeas en la lucha contra el cambio climático, que ve en el transporte de mercancías por carretera un obstáculo prácticamente insalvable para conseguir una economía baja en carbono.

«Hoy, el camión es superior, pero veremos a medio plazo; es muy vulnerable a los problemas de congestión, peajes, precio de carburante, tráfico local, accidentes o sucesos meteorológicos, contamina y está muy alejado de la sostenibilidad que reclama Europa», aseguró José Vicent Boira.