Fernando Giner es la voz política de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana. Concejal en el Ayuntamiento de Valencia, miembro de la ejecutiva nacional de Albert Rivera, voluntario de la Casa Caridad, padre de cuatro hijos, exempresario autónomo y autor de cuatro libros, ahora reflexiona sobre las elecciones y la actualidad política.
Con 386.826 votos valencianos, Ciudadanos aún está, pese al bajón, por encima de las autonómicas de mayo de 2015 (309.121 votos) tras alcanzar el pasado diciembre su techo electoral, 424.621 papeletas.
Moderado hasta en las formas, Giner es un recién llegado a la política. Un convencido de que el proyecto centrista, que fue motor político en la transición y que identifica con el sentido común, ha venido para quedarse. En su opinión, el «test de resistencia» del domingo, en un contexto de polarización y voto del miedo, confirma que el proyecto está consolidado, con un nada desdeñable 15 % del voto: «El algodón no engaña y esta es la mejor prueba, hay tres millones de personas en España que dicen que esto no es una una cuestión de izquierdas o derechas, de unos contra otros, del 'y tú más'».
Ascenso del PP y bajón de C’s
«Hace un año nos decían que éramos la marca blanca del PP y hemos demostrado una personalidad propia y que el proyecto tiene su singularidad. Más que marca blanca creo que somos una marca prémium, pero no se puede extrapolar el resultado ni a las Corts ni al ayuntamiento, eso no».
Negociación de Gobierno. Giner llega del Ayuntamiento de Valencia donde no ha podido pactar con el PP ni para salvar el bou embolat. Pero, el toro que tiene ahora ante sí Ciudadanos es aún mayor, decidir si apoya un Gobierno de Rajoy.
«Ciudadanos es un ejemplo de capacidad para llegar a acuerdos —explica— ha quedado más que demostrado en Andalucía o en la Comunidad de Madrid, pero es Mariano Rajoy quien tiene que aceptar el mandato del Rey para formar gobierno y luego es el PSOE el que tiene que mover ficha. Hemos propuesto una mesa a tres porque es necesario el diálogo y quiero recordar que la última vez que Rajoy coincidió con Sánchez ni le dio la mano y Albert Rivera estaba con dos móviles a la vez para tratar de acercar posturas. Es la segunda vez consecutiva que los electores nos han dicho que hablemos».
Crecimiento por la corrupción.
Los casos de corrupción del PP nutrieron a Ciudadanos, que engordó por los charcos malolientes que pisaba la gaviota y que acabaron con un único concejal en el Ayuntamiento de Valencia libre de sospecha. Ciudadanos fue la marca que más se benefició de la corrupción popular. Pero Giner gira de inmediato la crítica hacia el tripartito municipal: «Hay que recuperar la confianza del ciudadano en las instituciones y eso se llama regeneración. Pero el alcalde Ribó tiene más de un millón de facturas que no están autorizadas por el interventor; en el Ayuntamiento de Valencia hay continuismo, las mismas malas prácticas de Rita Barberá. Y lo decimos porque dentro de unos años cuando nos vayamos no queremos que siga todo igual».
La situación del PP municipal.
Giner evita hacer sangre sobre el trance del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia, ni siquiera para tratar de comerle espacio electoral: «Tenemos un proyecto para el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat que busca evitar la radicalización», resume.
Un año de tripartito municipal.
El portavoz de Ciudadanos no cree que el día a día de las personas haya cambiado a mejor como alardea el tripartito tras un año de gestión. En su opinión los casos de riesgo de pobreza han aumentado. Pero Giner pone el foco de la crítica en la educación, que él considera adoctrinamiento por parte de la izquierda. «La educación es clave, mira el colegio 103 donde se hacía la Fórmula 1. Los restos abandonados de la F-1 son una vergüenza para los valencianos pero también ese colegio lo es. Pero ¿de qué habla el tripartito? habla de inmersión lingüística no de lo importante, los barracones, porque buscan el adoctrinamiento. Claro que queremos la defensa del valenciano, pero no la inmersión o la obligatoriedad o que no se enseñe inglés».
Expansión del catalanismo.
Para Giner existe un riesgo cierto de crecimiento del independentismo catalán en la Comunitat Valenciana. «Estamos en el mismo proceso que Cataluña en los años 80 —remarca— con nuestros hijos obligados a aprender valenciano como principal lengua y se olvidan del castellano; luego Madrid nos roba, nos inventamos un enemigo exterior y después las áreas que controlan los más radicales son educación y cultura, es un proceso de ingeniería social igual al de Cataluña. A mí preocupa que mis hijos no puedan competir con uno de León o de Madrid porque no dominan inglés o castellano o que piensen que España es el problema. Yo quiero una visión de amor a la tierra pero también una visión internacional, más Erasmus…».
Crisis de C’S en Alicante.
La expulsión de Fernando Sepulcre ha dejado a Ciudadanos sin su único diputado provincial en Alicante. El portavoz saca pecho de lo rápido que el partido ha actuado para dejar fuera a Sepulcre, que se ha convertido en un tránsfuga pero con el sueldo blindado. «La diferencia está en cómo ha actuado Ciudadanos en Alicante y cómo el PP en el Ayuntamiento de Valencia. Siempre habrá corrupción y habrá problemas, pero hay que valorar lo rápido de la determinación cuando uno ve una mala práctica, eso es regeneración».
Un partido con dos almas. Giner asegura que en Ciudadanos hay diferentes «formas de pensar y de entender la realidad, pero lo importante es no radicalizarse, porque el PP se ha radicalizado como Podemos o Compromís; al alcalde Ribó le puede su ideología; queremos que prime la moderación, esa es nuestra gran aportación».
