­El presidente de la Diputación de Castelló, Javier Moliner (PP), salió ayer en defensa de los festivales de música de la provincia de Castelló ante el temor, expresado en privado, de que un exceso de celo de la Generalitat en materia de informes de respeto medioambiental termine por disuadir a los empresarios de los festivales en la Comunitat Valenciana y estrangule el futuro de este negocio de gran impacto económico.

Moliner presentó ayer ayer la iniciativa «Castelló, tierra de festivales» que contempla una inversión de 400.000 euros para que la provincia de Castelló, según sus palabras, «lidere este tipo de turismo en Europa». El plan incluye cuatro contratos de patrocinio turístico firmados junto con los representantes de los festivales adjudicatarios de este concurso público: el Nickelodeon Slime Fest, que percibirá 18.150 euros; el Rototom, con 92.000 euros; el FIB, con 117.000 euros; y el Arenal Sound, con 172.850 euros.

Según las estimaciones de los organizadores, estos grandes eventos repercuten en 58 millones de euros de impacto económico en la provincia de Castelló con 650.000 asistentes totales y la creación de 2.000 puestos de trabajos directos durante el verano.

En plena polémica por la falta de autorización de la Generalitat al festival Marenostrum de Alboraia y al emplazamiento del Arenal Sound de Borriana, el popular Javier Moliner proclamó: «Seguiremos estando al lado de aquellas iniciativas que traigan buenas ideas, talento y riqueza para nuestros pueblos». Su objetivo, recalcó, es «convertir los festivales en oportunidades de presente y futuro para nuestra tierra, tal y como nos han pedido el sector turístico, los municipios y la sociedad castellonense».

Eje estratégico del turismo

Ya hace veintiún años de la llegada del FIB a Benicàssim, el pistoletazo de salida para este tipo de grandes festivales. La Diputación de Castelló asegura que mantiene en el turismo de festivales uno de sus ejes estratégicos de desarrollo turístico en la provincia debido al gran reclamo que supone, especialmente para atraer al turismo internacional.

«Los festivales „declaró Javier Moliner„ son el mejor reclamo para potenciar el turismo internacional y la mejor tarjeta de presentación para millones de personas que siempre vuelven a disfrutar de Castelló, tanto de la costa como del interior, la gastronomía, el deporte, la naturaleza o el ocio. No es extraño ver a varias generaciones de fibers que nos conocieron por la música y se quedaron por la calidad de vida que ofrecemos».

El presidente de la corporación provincial se mostró convencido de que los cuatro festivales de este verano «convertirán a Castelló, una vez más, en la capital europea de la música durante todo el verano. Tenemos las infraestructursa, la oferta hotelera, la capacidad organizativa y el talante hospitalario de los castellonenses. Por eso no es casual que año tras año nuestra provincia lidere la oferta de festivales de toda Europa».

Una oferta que, según recalcaron los organizadores, tiene una repercusión económica en la provincia de 58 millones, «resultados „aseveró Moliner„ de muchos años de trabajo en colaboración con los empresarios castellonenses y los promotores de los festivales».