El gobierno valenciano quiere dar un paso más a la hora de llevar la preocupación por la salud a todos los ámbitos por la vida y hoy aprueba un decreto para que este aspecto se tenga también en cuenta a la hora de, por ejemplo, rediseñar un barrio de la ciudad o plantear un nuevo proyecto de transportes o comunicaciones.

Se trata de la evaluación de impacto en salud (EIS), un concepto que no es nuevo y que se asemeja a las evaluaciones de impacto ambiental que ya se solicitan en ciertos proyectos de envergadura pero que, en este caso, se repiensa y se aplica de manera que se tenga en cuenta el concepto de «salud» en su más amplia concepción y aplicándolo en más aspectos de la vida.

Por lo pronto, y según ha podido saber este diario, el gobierno tiene previsto aprobar hoy un decreto para dar el primer paso creando las comisiones de trabajo que implanten este tipo de evaluaciones de las que todavía se desconoce su planificación normativa y, sobre todo, a qué proyectos o políticas se aplicarán.

El plan de salud presentado por la Conselleria de Sanidad a principios de año ya incluía la necesidad de hacer «transversal» la salud y que se tuviera en cuenta, no solo en el ámbito de la Conselleria de Sanidad y entendida desde el punto de vista asistencial, sino que impregnara al resto de administraciones para que se empezara a hablar de «entornos saludables», por ejemplo, en el momento de rediseñar una ciudad.

Experiencias en el resto de España

El decreto que se aprueba hoy no llega, todavía, a ese nivel de concreción, pero sí se recoge el espíritu de las experiencias que, en este sentido se han desarrollado ya en otras comunidades como la andaluza o el País Vasco, donde las evaluaciones de impacto en salud ya se están aplicando y que pueden servir de «guía» o apoyo al gobierno valenciano para desarrollar la futura normativa.

De esta forma, estas evaluaciones se aplicaron ya hace once años en un proyecto de reforma integral de un barrio de Bilbao y, en Andalucía, se aplicó dentro de un proyecto de investigación sobre el plan urbano de Alcalá de Guadaira. A nivel local también se tuvo en cuenta esta forma de extender la concepción de salud en el proyecto de soterramiento de las vías del AVE a su paso por Vitoria o en el plan de rehabilitación del barrio de la Barceloneta, en Barcelona. En estos casos se trata de ir un poco más allá de las actuales evaluaciones de impacto ambiental y de las mediciones cuantitativas en cuanto a contaminación acústica o atmosférica y apostar por una visión global de la salud previendo si una actuación concreta la mejorará o empeorará de forma global.

La Conselleria de Sanidad quiere ir paso a paso y «conveniar» con el tejido social el enfoque concreto de estas evaluaciones de salud por lo que su aplicación práctica y el desarrollo completo de la normativa no se prevé, al menos, hasta el año que viene. De hecho en el Plan de Salud se marca el periodo «2016-2017» como plazo para constituir los «comités para el seguimiento de la estrategia de salud en todas las políticas».

Estas evaluaciones también incluirán la vertiente de la «equidad en salud» al valorar si cierta política o proyecto ampliará o reducirá las desigualdades entre diferentes grupos de población.