Uno de los empleados «zombis» que cobraba de Imelsa aunque en realidad trabajaba para una de las empresas del grupo Engloba responsabilizó ayer ante al juez al dueño de esta empresa, José Adolfo Vedri, del contrato ficticio en Imelsa, según confirman a Levante-EMV fuentes conocedoras de la declaración. El otro trabajador de Engloba que también estaba citado se acogió a su derecho a no declarar, según confirman las mismas fuentes.

Ambos empleados de Engloba fueron contratados en la empresa pública dependiente de la Diputación de Valencia por la amistad personal entre el exgerente de Imelsa Marcos Benavent y el propietario de Engloba, José Adolfo Vedri, ambos imputados en esta pieza y en la principal de «Caso Taula».

Benavent confesó a la Guardia Civil que contrató a ambos trabajadores porque «el empresario estaba pasándolo mal y los necesitaba para que trabajasen en Engloba». Ambos empleados estuvieron en nómina de Imelsa, desde el 1 de diciembre de 2009 hasta el 30 de abril de 2010 con sueldos de 2.676,66 euros y 2.926,66 mensuales, aunque su trabajo real lo realizaban para La Gráfica Integral, según reconocieron ambos a la UCO de la Guardia Civil.

Los otros cuatro exempleados de Imelsa citados a declarar ayer en el Juzgado de Instrucción 18, como el futbolista del Olímpic, Miguel Ángel Mullor, se acogieron a su derecho a no declarar.