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Un oficial veterano se acercó, poniendo una mano amistosa en su hombro, y le desveló lo siguiente: «Para crear un arma química, sólo hacen falta tres cosas. La primera es saber un poco de biología molecular, la segunda, tener una estufa, y la tercera..., ser un malnacido». Con esa vivencia personal, el coronel José Ignacio Castro, jefe del Regimiento de Defensa NBQR (Nuclear, Biológica, Química y Radiológica) de la Fuerza Terrestre, ilustró ayer a los estudiantes de enfermería que le escuchaban en lo relativamente fácil que es construir un arma química.

La ponencia del coronel inauguró unas jornadas de tres días en las que participan 22 estudiantes y exalumnos de la de la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica de Valencia Sant Vicent Martir. Estas conferencias se encuadran en el curso de verano «Riesgos nucleares, biológicos y químicos» en el que los futuros enfermeros adquirirán las bases teóricas necesarias para abordar estas situaciones de alto riesgo medioambiental.

Al coronel Castro se le nota su vocación docente durante su alocución, ya que descarga la gravedad del asunto en cuestión con un discurso cercano y pendiente de los escuchantes. No obstante, advirtió: «La maldad es imperante en el ser humano». Y, según él, es un elemento más que añadir a la lista de riesgos químicos, biológicos y nucleares a los que trata de combatir, junto con su equipo, desde Paterna, donde se encuentra el Regimiento de Defensa NBQR del Ejército de Tierra.

Sin embargo, para la tranquilidad de los futuros enfermeros, la mayor parte de los riesgos NBQR que tendrán que afrontar no serán de la magnitud de los citados por el coronel durante su conferencia: la propagación del ébola, la nube tóxica provocada por el fallo de la industria química de Bhopal o el atentado con gas sarín que cometió la secta «Verdad Suprema» en el metro de Tokio. La mayor parte de este tipo de emergencias proviene de fuentes mucho más cotidianas, ya que hoy en día vivimos rutinariamente expuestos, en detrimento de nuestra salud, a la influencia de radiaciones de todo tipo y a químicos que están por todas partes; desde la comida que ingerimos hasta los productos de limpieza que usamos en casa, pasando por los fitosanitarios que se usan para fumigar los parques y jardines de la ciudad. Para poder afrontar todas esas situaciones, es necesaria la buena formación de los sanitarios.

Tres días de formación

El broche final de este curso lo pondrá la actividad práctica del próximo miércoles 13 de julio en Paterna, la base del Regimiento NBQR del Ejército de Tierra. Esa sesión práctica del miércoles, según explicó el coronel Castro a Levante EMV, consistirá en «enseñar a los sanitarios el riesgo al que se pueden enfrentar con unos protocolos y métodos de trabajo», como el aprendizaje del uso de los trajes protectores, entre otras medidas.