La margarita está deshojada: Podemos quiere formar parte activa del ejecutivo bipartito y que pase a ser tripartito. Ya lo verbaliza con claridad. «Nos interesa la acción de gobierno»; «nos sentimos preparados para entrar», afirmó ayer el secretario general de la formación en la Comunitat Valenciana, Antonio Montiel, en un encuentro con medios de comunicación.

La entrada no está hecha, la decisión formal será de la asamblea autonómica morada, Montiel quiere presentar antes un documento de «refundación» del Pacte del Botànic „con reestructuración de áreas de gobierno para ser «más efectivo»„ y tener una conversación este mes con el presidente y la vicepresidenta de la Generalitat, Ximo Puig y Mónica Oltra, a la par que empieza el debate de los presupuestos de 2017, pero la voluntad sí está hecha. No hay dudas. Así se desprende de las palabras del líder en la C. Valenciana del partido de Pablo Iglesias.

¿Por qué hace un año no, pese a la insistencia de Oltra, y ahora, sí? «Somos una organización muy joven, no estábamos preparados para entrar en un gobierno de buenas a primeras. Hoy, con la experiencia parlamentaria y en los ayuntamientos, nuestra reflexión es que determinados cambios no se pueden propiciar solo desde fuera», responde Montiel, que incide en la voluntad de conservar «un pie en la calle» y otro, en las instituciones.

Podemos no destapa, de momento, qué área (o áreas) de gobierno querrían ocupar, si bien incide en que esta ha de ser «una legislatura económica», que esa área requiere cambios y que se han detectado «disfunciones en la forma de trocear responsabilidades». Frases de Montiel.

No cierra la puerta tampoco a un aumento del número de conselleries (nueve más Presidencia ahora), porque aunque en los papeles del Botànic figure el compromiso de la reducción de altos cargos sostiene que los actuales son inferiores en número a los del PP. En todo caso, remacha que el problema no es de número, «sino de cómo se plantean las competencias».

Da a entender, por tanto, que no existe hoy una exigencia mínima de conselleries. Hace un año, cuando se habló de un Consell tripartito, la fórmula „muy futbolística„ que llegó a manejarse era la del 4-4-2. El dos era para Podemos.

Fuentes del Consell aseguran que ceder en este momento dos conselleries a la formación morada es un planteamiento irreal. Con todo, la posición oficial es la de esperar a ver qué proponen los aliados en el seno del Botànic.

La primera consecuencia de la entrada de Podemos en el Consell, si se completa, es que obligará a Puig a repensar la remodelación anunciada, que no iba a afectar al número de conselleries e iba a limitarse al segundo escalón. Porque realizar dos crisis de gobierno sucesivas parece poco práctico.

Una alternativa que el bipartito baraja, porque supone «no matar a nadie» y atender las expectativas de Podemos, es el desdoblamiento de Economía „cuya estabilidad interna está dando quebraderos de cabeza„ mediante la segregación de las competencias de Trabajo. Precisamente, Montiel incidió ayer en varias ocasiones en las posibilidades del Servef.

La Agencia Antifraude „en ciernes„ y el futuro Observatorio de Igualdad son áreas de segundo nivel en cuya creación se ha comprometido Podemos y que, por lógica, estarían en sus manos al entrar en el Consell.

Cuando la formación dé el paso, la Comunitat Valenciana será la primera en la que el partido de Pablo Iglesias participe directamente en su gobierno. Supondrá un giro a la estrategia mantenida hasta ahora. En Baleares, respalda al ejecutivo del PSOE, pero desde fuera, aunque sí se quedó la presidencia del Parlamento.

Montiel asegura que su formación está legitimada para decidir la entrada sin el permiso previo de Madrid. El partido estatal, argumenta, está en un proceso de federalización y, hasta que no celebre su congreso en diciembre, «cada autonomía ha de tomar las decisiones por su cuenta».