Mirar menos a Madrid y más al Consell que ahora presiden después de veinte años de vacío. Son los deberes que los socialistas se marcan para el próximo curso. Al menos, son los que la dirección del PSPV considera que hay que abordar tras el análisis de la situación política. Lo debatirán esta mañana en el comité nacional del partido, el primero desde noviembre de 2015. Entre medias, dos elecciones generales, unos resultados agridulces „peores que los de las autonómicas, aunque mejor el último examen de junio que el del diciembre anterior„ y, por tanto, mucho de lo que hablar.
La primera participación, como es habitual, será la del presidente de la Generalitat y secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig. Están convocados los cargos socialistas en el Consell, incluidos los del segundo escalón. Es un indicio de la relevancia que se pretende poner en la acción del gobierno autonómico.
La lectura que el PSPV realiza de la situación actual es que, a pesar de que se ha cumplido un año en el Palau de la Generalitat gracias al Acord del Botànic con Compromís y Podemos, el foco de la atención política lleva meses fijado más en lo que envuelve a la Moncloa que en el Consell valenciano.
La prueba del algodón: no hay aparición en las últimas semanas de Ximo Puig ante los micrófonos en la que no tenga que responder a alguna pregunta sobre las negociaciones para asaltar la Moncloa y la posición de Pedro Sánchez.
El secretario de organización del PSPV, Alfred Boix, está convencido de que el foco principal de atención lleva demasiado tiempo alejado del Consell. El desplazamiento empezó con las elecciones catalanas y ha continuado con los dos comicios para poblar el Congreso de los Diputados.
Y así continúa, porque la formación de Gobierno está abierta y sin previsión de cierre a corto plazo. Mientras, las elecciones autonómicas (2019) son un horizonte lejano, pero cada vez menos. El análisis en Blanqueries es que es necesario trasladar el punto de mira a la plaza de Manises, a la sede del Consell. Lo contrario es favorecer las expectativas electorales de Isabel Bonig (PPCV).
En clave interna, se espera alguna intervención crítica „sea por boca delegada o no„ de Francesc Romeu. Aunque el ambiente no es prebélico „no dejan de ser fechas casi de vacaciones„, no es descartable alguna voz que intente poner énfasis en la relación con Ferraz (léase Pedro Sánchez), que no pasa por los mejores momentos.
