Después de tres años con el programa piloto a pleno rendimiento y con sus vidas organizadas en función del mismo, el proyecto se congeló en enero de 2014. El ejecutivo valenciano consideró que se había agotado el límite máximo de prórrogas y que la única alternativa era regularizar el teletrabajo, acontecimiento que ha llegado ahora, dos años y medio después.

«Nos dijeron que era cuestión de un par de semanas o un mes. Nos reincorporamos al modelo presencial creyéndolo, con la mente puesta en volver al teletrabajo en cualquier momento. No era un adiós, era un hasta luego que ha tardado mucho en producirse, narra Imma.

En aquel momento, las pioneras del teletrabajo fueron protagonistas del reportaje que se puede ver junto a estas líneas. Pedían que se continuara con el programa, hablaban del aumento de la productividad, de los beneficios de esta modalidad, de las trabas que habían tenido que salvar para llegar a conseguir que se aprobara la experiencia piloto,... Tanto en aquel momento como ahora mantienen una misma idea: el teletrabajo debe ser una herramienta transversal para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres en el plano laboral. Casi 10 años de lucha que ahora puede ver sus frutos.