Para revertir esta administración heredada, los «sabios» de la Conselleria de Justicia que dirige Gabriela Bravo plantean una serie de sugerencias, entre las que destaca, un control más estricto a la hora de «mover» o promocionar funcionarios. Por lo pronto, cuestionan el uso de la libre designación para proveer cargos de jefatura de servicio o incluso de secretaría de altos cargos al entender que la confianza no es argumento suficiente para la designación a dedo. Para acabar con la temporalidad, los expertos plantean un procedimiento de consolidación de empleo de larga duración, si bien entienden que para no frustrar expectativas, este proceso no debe ser superior al 50% de las plazas ofertadas. j. r. valencia
