«Si habla despacio le entiendo, aunque por educación podría usted dirigirse a mí en castellano». Con esta frase, pronunciada ayer en el pleno de la Diputación de Valencia, se incendió el debate en el seno de la corporación provincial a cuenta de la lengua autóctona. Su autor fue Javier Berasaluce, exalcalde de Requena. El diputado del PP se alzó en «representación de los habitantes de las comarcas del interior castellanohablantes» para denunciar «el imperialismo lingüístico» que supuestamente quiere implantar el conseller de Educación, Vicent Marzà.

El grupo popular había presentado una moción «en defensa de la libertad lingüística de los estudiantes valencianos», cuya exposición terminó en un acalorado enfrentamiento entre Berasaluce y el delegado de Cultura Xavier Rius (Compromís). «Hace 33 años que se aprobó la ley de uso del valenciano y hay paz en este tema. No sé por qué se quiere retomar la batalla», señaló el requenense. «Las imposiciones no son buenas, no se puede obligar a hablar valenciano en tierras donde históricamente nunca se ha hablado», añadió Berasaluce.

«La batalla la reaviva usted. Nadie está imponiendo nada. Ni siquiera hay una propuesta en firme desde Educación. Me juego una paella a que nadie le va a obligar a hablar valenciano en Requena. ¿Quieren hablar de imposiciones lingüísticas? Los valencianos estamos hartos de escuchar en nuestra propia tierra aquello de 'háblame en cristiano', incluso con tono de burla», replicó el diputado Rius.

El diputado de Requena lamentó «un discurso íntegro en valenciano durante 15 minutos» que, aseguró, le costó entender. «Por suerte el valenciano es una de esas lenguas que se entiende sin conocerla mucho y si me hablan despacio puedo seguirla», explicó. Añadió además que la podría aprender, pero «preferiría el inglés, una lengua más práctica».

«Si habla usted despacio también intentaremos entenderle», repuso irónicamente y en valenciano el presidente de la diputación, Jorge Rodríguez. «Pido que se disculpe», exigió Berasaluce al presidente. «Yo también pido que se disculpe porque me ofende que diga que no me entiende cuando hablo mi lengua», contestó Rodríguez. El asunto se zanjó con acusaciones de «catalanistas» por parte de Berasaluce y más revuelo en la bancada del equipo de gobierno, donde hay diputados de Canarias, Córdoba y Chella. Ninguno ha dado nunca señales de no entender el valenciano.

A vueltas con los comedores

Otros asuntos del pleno también estuvieron marcados por la polémica, como el del programa de asistencia nutricional para los niños durante el verano. El PP había pedido un pleno extraordinario para debatir el proyecto, que fue aprobado ayer mismo en una comisión anterior al pleno. «Llega tarde porque hasta mediados de agosto no podrá ser tramitado y mal porque ha transformado un plan en un remiendo para tapar de nuevo lo que el actual Consell es incapaz de hacer», lamentó la portavoz del PP.

La diputada Rosa Pérez le contestó que han aumentado la partida y que su modelo «no es el de la caridad».