El juzgado de Instrucción número 1 de Requena ha separado la investigación en diez piezas —tres de las cuales se han archivado— debido a su volumen y complejidad, lo que la convierte en un escándalo de presunta corrupción similar al caso Blasco, Emarsa o Gürtel. La macrocausa de las ayudas a la cooperación tiene tres piezas separadas, el escándalo de la depuradora de Pinedo once y el caso de la presunta financiación del PP seis en la C. Valenciana, aunque hay que recordar que este caso tiene ramificaciones.
La justicia se apoya en las piezas separadas, una especie de troceamiento de las causas, para facilitar la investigación y poder avanzar en la misma. Así, en este caso bajo secreto se investigan los sobrecostes de un millón de euros en el centro social de Cortes de Pallás o las depuradoras del municipio, las contrataciones de servicios técnicos de arquitectura e ingeniería o hasta la adjudicación Plan General de Ordenación Urbana. La Guardia Civil se ha tenido que emplear a fondo con hasta dos registros del consistorio.
El lector se puede preguntar cómo un municipio tan pequeño como Cortes de Pallás, tiene poco más de mil habitantes, ha podido albergar un escándalo de estas dimensiones. Pues tiene que ver con su elevado presupuesto anual, de más de tres millones de euros gracias a los ingresos que genera la instalación de la central hidroeléctrica y por estar en el área de influencia de la planta nuclear de Cofrentes.
En comparación, un municipio de 20.000 habitantes, veinte veces con más población que Cortes de Pallás, puede tener un presupuesto medio anual de unos doce millones de euros. Así, en los ocho años de gestión de Alberto Saez ahora cuestionados, el ayuntamiento ingresó 24 millones de euros.
La investigación continúa secreta y la juez sustituta sigue con las pesquisas y los interrogatorios apoyada por la Policía Judicial de la Benemérita. Otro escándalo de la política valenciana.
