Un estudio realizado en la demarcación de Chiva, una de las más extensas y boscosas de la Comunitat Valenciana, aunque extrapolable a otras comarcas forestales, evidencia que un 32 % de los incendios declarados en la zona durante el periodo 1995-2004 fue detectado por los vigilantes fijos, un 15,3 % por llamada de particulares, un 12,8% por agentes medioambientales y un 10% por los vigilantes móviles. Solo en los meses y en horas de relevo o cierre de los puestos de vigilancia fijos ganan terreno otras opciones de detección.