¿Qué balance hace de la actuación del Ministerio de Medio Ambiente?
Ha sido positivo el Plan Estatal Marco de Residuos que por primera vez desde que se publica un plan nacional ha contemplado un apartado específico para la gestión de los residuos de envases agrarios. Eso lo hemos perseguido muchísimo desde Sigfito y desde todas las organizaciones empresariales agrarias y creo que es algo positivo.
¿En qué ha fallado?
En que no ha llegado a concretar qué es lo que va a hacer y ha perdido una oportunidad de oro para ser un poco más concreto y más ambicioso. Por otro lado, uno de los mayores fallos ha sido que no ha adaptado la Ley de Envases del año 1997 a la Ley de Residuos de 2011, algo que estaba previsto para 2014 y que no ha llegado a hacerse. El Ministerio debería haberlo hecho ya y ni si quiera ha abierto la mesa para empezar a pensar en todo ello.
¿Por qué hay que adaptar la Ley?
La Ley del 97 es muy antigua y eso genera muchísimos problemas que vienen por la falta de armonización en la recogida de envases en las diferentes comunidades autónomas. La Ley de Residuos establece que se dispondría de una autorización única para gestionar los residuos de envases agrícolas en todo el Estado, que luego refrendarían las Comunidades Autónomas, y que ayudaría a armonizar los sistemas de recogida.
¿Qué otros asuntos tienen pendientes con el ministerio?
En mi caso, necesitamos reunirnos para hablar de la regulación de los sistemas de protección, es decir, de las precauciones sanitarias como el uso de guantes o mascarillas que deben tomar a la hora de manejar los productos fitosanitarios. También necesitamos acordar un buen sistema para recoger y tratar las trampas para insectos, que permitirían disminuir el uso de los productos fitosanitarios, entre otros asuntos.
