El futuro de l'Àgora de la Ciutat de les Arts i les Ciències (Cacsa) está cada vez más despejado. Avanqua, la filial de Aguas de Valencia que gestiona el edificio, el Consell y La Caixa negocian para que la fundación bancaria pueda instalar un CaixaForum en su interior, como contó ayer en exclusiva Levante-EMV. Uno de los puntos más delicados es el que compete al arquitecto autor de la obra, ya que cualquier actuación que se realice en el edificio debe tener su visto bueno, como pasó cuando no se instalaron las lamas que coronan la obra por falta de presupuesto o cuando ha habido que actuar por el deterioro de materiales o la entrada de agua.

Desde el despacho de Santiago Calatrava consideraron ayer «una buena noticia» que la Fundación Bancaria La Caixa «vaya a dotar de contenido cultural» l'Àgora. Sobre su relación arquitectónica con la estructura del edificio, que ha sido clave en la solución final para el CaixaForum, no quisieron opinar hasta conocer el proyecto en profundidad. De hecho, la de ayer es la primera noticia que tiene de un proyecto definitivo para el edificio, que además incluye un jardín interior.

Respecto a la relación entre Cacsa y Santiago Calatrava sobre el mantenimiento del edificio y la reparación de algunos desperfectos en el mismo, desde el despacho del arquitecto valenciano mostraron una «colaboración absoluta». «Siempre que nos han pedido documentación se la hemos facilitado de manera diligente», apuntaron.

La solución final para dotar de contenido a l'Àgora está cada vez más cerca. En estos momentos está gestionada por Avanqua, que se quedó su gestión junto a l'Oceanogràfic por seis millones de euros al año y otros ocho millones adelantados. El Consell negocia con la filial de Aguas de Valencia la manera de reducir el canon para que sea la Fundación Bancaria la Caixa la que pague por la utilización de la emblemática obra que costó a las arcas públicas más de 90 millones de euros.

Como un campo de fútbol

El proyecto para el CaixaForum contempla un cubo en el interior de l'Àgora, que tiene 80 metros de altura y la superficie de un campo de fútbol. La intención de los técnicos es que el edificio interior no desvirtúe la obra de Santiago Calatrava ni caiga en conflicto con la estructura para no tener que necesitar constantemente los aprobados del arquitecto valenciano. Además, la iniciativa de La Caixa contempla también un jardín interior para completar la superficie de 5.000 metros cuadrados.

L'Àgora ha tenido usos de lo más variopintos, aunque ninguna propuesta cultural estable como plantea un CaixaForum, contenedor de arte que triunfa en Barcelona, Madrid o Zaragoza. El edificio se ha utilizado como pista de tenis con gradas, como escenario para conciertos a cubierto, para celebrar festivales de informática como la Campus Party y hasta para mítines del PP.

Pese a estar el proyecto más que maduro, las negociaciones continúan y habrá que incluir un último protagonista, Parques Reunidos, una de las empresas que perdió el concurso público contra Avanqua y que podría denunciar el realquiler a La Caixa por desvirtuar la licitación inicial. El Consell también está atando este cabo.