Mientras en Valencia parece que l'Àgora encuentra un destino definitivo como sede del CaixaFòrum y el Palau de les Arts deja atrás los problemas de su cubierta, otra obra de Santiago Calatrava es noticia por problemas con sus acabados.

El Museo del Mañana, que se ha convertido en uno de los iconos de los Juegos Olímpicos de Río, presenta síntomas de deterioro apenas ocho meses después de su inauguración.

El edificio resulta espectacular con su fachada de acero blanco, unas alas que se abren y se cierran a lo largo del día y láminas de agua como espejos. Pero, según publica 'La Vanguardia', han aparecido manchas negras en las alas posteriores, diversos paneles laterales se están despegando, algunos elementos mecánicos están rotos y ya se ven manchas de óxido en las juntas de las placas de acero.

El museo fue presupuestado en 60 millones de euros y terminó costando 86, un 43 % más de lo previsto.

Sin embargo, fuentes del estudio de arquitectura de Santiago Calatrava han desmentido que el edificio presente "ningún tipo de problema" y han destacado que las manchas obedecen, única y exclusivamente, a la "suciedad" acumulada en algunos puntos. "No existe ningún deterioro ni ningún otro problema que no pueda solucionarse con un poco de limpieza", han señalado.

Sobre los paneles que supuestamente se están despegando, estas fuentes han asegurado "no tener constancia" de que eso sea así. "Hemos pedido información sobre el estado del inmueble y nos han hecho llegar fotografías en las que no se aprecia ningún problema" más allá de la suciedad existente en algunas de las alas de acero blanco.

Asimismo, las fuentes han querido dejar claro que el arquitecto valenciano sólo se ha encargado de realizar "el diseño" del Museo del Mañana y que "no ha tenido que ver nada ni con la construcción ni con el mantenimiento del edificio".