La Conselleria de Sanidad está trabajando junto a siete sociedades científicas integradas en el Instituto Médico Valenciano para fijar unos criterios únicos que sirvan a todos los facultativos para decidir qué pacientes deben incluirse en las listas de espera quirúrgicas pero, sobre todo, qué lugar de la lista deben ocupar. Hoy en día el factor temporal es el que predomina y son los médicos los que de forma individual tienen en cuenta tanto la gravedad de la lesión, el dolor o el tiempo que los enfermos pueden estar esperando según su situación personal.

Ahora, y gracias a ese trabajo conjunto que se está desarrollando, se quiere contar con criterios estándar que todos los facultativos apliquen de la misma manera para reducir «desigualdades» en las listas y optimizar su funcionamiento, según fuentes de la Conselleria de Sanidad.

De esta forma, dos pacientes de las mismas características que deban ser operados para recibir, por ejemplo, una prótesis de rodilla no estarán en lugares consecutivos de la lista aunque cronológicamente así los hayan registrado ya que se tendrá en cuenta tanto la gravedad o el dolor que sufran como otros factores externos como su situación familiar.

De hecho cuestiones como las cargas familiares (como padres o hijos al cargo), la posibilidad o no de seguir trabajando en el tiempo de espera a causa de la patología o el tener o no a personas que cuiden de los enfermos a diario si estos así lo necesitaran, constituyen el segundo bloque de criterios a valorar de forma obligatoria para ordenar a los pacientes en las listas de espera. El tercero, en principio, será el beneficio esperado de la intervención y el grado de recuperación del paciente tras ella.

Valoración según operaciones

Las bases de cómo funcionarán las nuevas listas de espera están claras pero, por ahora, solo se cuenta con borradores de cómo será el desarrollo específico de estos criterios. De hecho, los expertos están ahora ponderando hasta qué punto pesarán cada uno de los bloques en cada una de las patologías.

En general, la gravedad, el dolor y la evolución de la enfermedad será el principal criterio y pesará hasta dos tercios a la hora de priorizar a los enfermos, un 66 %. Los primeros borradores apuntan a que el «rol social» de los pacientes podrá tener una presencia de hasta un 22 % en la evaluación que se ajustará dependiendo de cada una de las 19 patologías más comunes que se están teniendo en cuenta.

Así, según las mismas fuentes, en pacientes con piedras en la vesícula que estén esperando a pasar por quirófano, su situación familiar podría tener un peso «de hasta un 20 %» mientras que este criterio contaría solo un 10 % en el caso de la operación de hemorroides.

En este apartado se tendrá en cuenta tanto si la patología limita la capacidad del paciente de trabajar, o incluso de estudiar o de hacer las labores del hogar. Además se valorará si queda imposibilitado para atender a personas que tenga a su cargo, ya sea descendientes o ascendientes o incluso si es necesario que alguien le tenga que ayudar durante el tiempo de espera y si se tiene esa ayuda o no.

Batalla multifrente

Desde la Conselleria de Sanidad esperan que la nueva medida sume a los esfuerzos que ya se están realizando desde diferentes ámbitos para adelgazar las listas de espera y cumplir con los mandatos legales a nivel nacional que marcan los tres meses como plazo máximo deseable para ser operado de cataratas, del corazón o de una prótesis de cadera.

Desde el cambio de sistema de contabilización de las listas de espera a principios de año, la conselleria ha conseguido rebajar, aunque tímidamente, la demora media para operarse en los hospitales públicos. Si el año empezaba con una demora media de 120 días, ésta se redujo a 115 días en marzo y ahora está en 98 días.

Pese a los recortes, hay patologías en las que «desesperar» como la operación de varices con 201 días de retraso o los 125 días para una intervención de Hallux valgus o juanetes.