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Entrevista

David Simón: "Del zika lo que más sabemos es que no sabemos mucho"

El experto de Unicef augura una generación de niños con problemas neurológicos que aún están por descubrir

David Simón: "Del zika lo que más sabemos es que no sabemos mucho"

¿Cómo llegó al grupo de zika?

De formación soy licenciado en Ciencias Ambientales e ingeniero técnico industrial y máster en ingeniería del agua por la Universidad de Sevilla. Llego como especialista en agua y saneamiento. Estuve siete años en Mauritania coordinando proyectos de agua y estando allí me seleccionó Unicef como especialista en el área. Estando en Mauritania me llamaron desde Panamá para ver si quería unirme al equipo del zika y me fui. Llevo 4 meses y esto va para largo. No hay fecha de finalización pero es más medio plazo de lo que pensábamos, sobre todo porque no conocemos todo del zika.

¿Qué es lo que aún no se sabe?

Del zika lo que más sabemos es que no sabemos mucho. Al principio pensábamos que el único enemigo era el mosquito, el Aedes Aegypti, como transmisor de la enfermedad, ahora nos enfrentamos a una enfermedad vectorial que además tiene transmisión sexual, la única de las tres presentes en la zona junto al dengue y chikungunya que lo tiene y esto es otra dimensión aparte. Tenemos más de 550.000 casos de zika confirmados y sospechosos en Latinoamérica y el Caribe. Esto empezó no hace mucho tiempo pero es exponencial.

¿Cómo ha complicado esto el abordaje de la crisis?

Hay que ser muy dinámico y flexible porque el zika lo está siendo. Está claro que hasta que no haya una vacuna lo único que podemos hacer es prevenir. Es difícil dimensionar el problema y para enfrentarte a un problema hay que dimensionarlo bien. De cada cuatro casos uno es sintomático, lo que significa que si quieres podrías incluso multiplicar por cuatro el número de casos: dos millones. Los síntomas además son muy parecidos a los del dengue y el chikungunya y además no es una prioridad ni en estos países ni para las personas. El zika está desafiando a todos los sistemas de salud pública de toda la región que, dependiendo del país, son más sólidos o menos sólidos.

Es como enfrentarse a un monstruo de siete cabezas. ¿Cómo se trabaja sobre el terreno?

La estrategia regional y global de Unicef es complementar a la de la OMS y hay cinco ejes: detección (conseguir que las familias se detecten los síntomas y que los médicos lo confirmen); prevención; cuidado y apoyo; investigación y coordinación de esfuerzos. Las dos líneas claves de trabajo de Unicef son la prevención y el cuidado y apoyo. En prevención se está trabajando en un cambio de comportamiento y de entorno. Para mí el problema del zika, aparte de un tema de salud es un problema de dónde vive la gente, de cómo ha sido la emigración rural al periurbano y de las condiciones de agua y saneamiento en estos barrios que tienen menos recursos.

Como en otras pandemias se relaciona pobreza y enfermedad.

Sí, ahí está el problema. Lo primero es cambiar el conocimiento para el cambio del comportamiento. Se hacen estudios: vas a un barrio afectado y te preguntas por qué la gente tiene criaderos de mosquitos en sus casas. Seguramente, primero porque no lo saben y luego porque aunque quisieran tener prácticas adecuadas, a lo mejor no tienen recursos. Un ejemplo clásico son las llantas que ponen encima de las uralitas para que no se vuelen con el viento. Ahí se acumula el agua y los mosquitos, que son urbanos, crían. Además tú puedes controlar tu casa pero si la municipalidad no controla las basuras en la calle...

También estamos trabajando con los gobiernos.

Hay muchos países implicados. ¿Están trabajando todos en la medida de sus posibilidades?

Están respondiendo en la medida de sus prioridades y en muchos el zika no lo es. En Guatemala, donde hay un elevado número de niños con malnutrición€ pues se está actuando pero no es una prioridad. Nuestra obligación es ayudarles a que se intervenga bien. No hace falta que sea una prioridad para que se intervenga bien.

Varios países sacaron al ejército a la calle a hacer fumigaciones masivas que, en principio, no son efectivas. ¿Han encontrado muchas campañas mal encaminadas?

Nos hemos encontrado con gente que aún no sabe bien cómo actuar. Hay que coordinarse, promover la intersectorialidad porque es una crisis que afecta a todo. No es solo salud, es educación también. Las escuelas de hecho son clave, los niños son el motor de cambio en sus casas. Empoderamos a las comunidades para que sean motores del cambio y para que exijan sus derechos.

¿Hemos aprendido algo de otras crisis como el ébola?

Creo que si declarar tan rápidamente la alerta mundial por el zika fue una medida de prevención, creo que fue adecuada porque luego se ha confirmado. Ya tenemos 550.000 casos y seguimos sin conocerlos todos... No son crisis comparables por las consecuencias del ébola pero sí nos enseñó cómo trabajar el cambio de comportamiento en las comunidades y cómo trabajar con los centros de salud. También estamos echando la vista atrás y viendo qué se hizo bien o mal con el dengue o el chikungunya porque sigue habiendo casos después de 20 años.

Aquí no hay muertes pero sí niños con microcefalia.

No es solo la microcefalia, aunque es lo más llamativo. El síndrome Guillain Barre afecta a adultos y también hay desórdenes neurológicos en los niños que no se conocen todavía, problemas que van a surgir de aquí a dos o tres años que todavía no conocemos. El leit motiv de Unicef es proteger a los niños y con este virus el riesgo principal está en las mujeres... estamos protegiendo a una generación de niños que pueden nacer con problemas neurológicos que no los conocemos todos y que van a ver afectados sus derechos a una vida plena. Si tenemos previsto un embarazo mejor no te expongas a zonas de riesgo. En Latinoamérica se están retrasando embarazos y desde Unicef vemos que es coherente la planificación. Creo que el zika es una puerta abierta para reforzar estructuras y lo que se haga sirva a la población de manera transversal: para que se use más el preservativo, se hagan más controles prenatales€.

¿Cómo se actúa en cuidado y apoyo?

Cuando empezamos, todo se centró en el mosquito, ahora intentamos subir la parte de cuidado. Hay que prever el cuidado de estos niños que están naciendo con microcefalia. Tienen derecho a tener una vida plena. Significa cómo hacemos para mejorar los sistemas de atención a niños con discapacidad en estos países, es una deuda que tenemos. Si ya nos encontramos con sistemas de salud flojos en algunos países, imagina qué pasa con estos niños que necesitan atención especiales. Esto es una oportunidad única para abrir puertas.

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