Los tres arrecifes artificiales que en 2014 se instalaron a 200 metros de la playa de las Arenas cumplirán dos años el próximo 24 de agosto. Natividad Domingo es una de las caras del grupo Arrecifes, encargado del proyecto. Ayer explicó que las zonas se encuentran totalmente adaptadas. Prueba de ello es que la flora y la fauna del ecosistema marino las han aceptado como propias: «Hemos visto pulpos, caballitos y estrellas de mar, bancos de diversas especies de peces... desde un primer momento apostamos por materiales que respetan el medio ambiente y los resultados dejan entrever que acertamos», comentó la responsable de la iniciativa. El arrecife artificial de la Malva-rosa está formado por tres módulos de 12 metros cuadrados de extensión y diferente forma.

Así los buceadores que se acercan hasta el asentamiento subacuático se pueden encontrar con estructuras similares a las ánforas hundidas en la época romana o con un armazón hecho de hormigón que emula a las cúpulas del Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. La iniciativa se desarrolló junto a la Fundación Deportiva Municipal.