Su trabajo en la UPV en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y la Universitat Jaume I de Castelló le ha convertido en una de las referencias de la acarología a nivel internacional. Este verano culminó su trabajo al frente de la Asociación Europea de Acarólogos (Euraac) tras la celebración en la Politécnica de Valencia del VIII Simposio de Acarología, que reunió recientemente a más de un centenar de investigadores procedentes de todo el mundo.
¿En qué proyectos de investigación está trabajando?
Desde los años 80 estudiamos las especies de ácaros que son perjudiciales para la agricultura porque se convierten en plagas que afectan al crecimiento de las plantas y los frutos. Entonces, por un lado, estudiamos la biología de las especies de ácaros que viven en los cultivos y, luego, las medidas de control biológico que se pueden adoptar.
¿Qué aplicaciones prácticas tiene ese control biológico?
Principalmente, combatir las plagas que son perjudiciales para la agricultura con métodos que intentan disminuir el uso de fitosanitarios. Eso es el control biológico, ya que en las plantaciones, además de las especies invasoras, hay otras que son beneficiosas y se pueden utilizar para combatir, (para comerse), a los ácaros que son perjudiciales. Eso se puede hacer sin utilizar plaguicidas o insecticidas, que son muy agresivos con los ácaros.
¿Tiene alguna similitud con las técnicas, quizá más intuitivas, de los hortelanos tradicionales?
Hay una parte parecida, ya que los problemas de plagas son bastante recientes. Siempre ha habido ácaros, pero las plagas son un problema que surgió hace 40 ó 50 años y se ha ido incrementando seguramente por la forma de producir los cultivos, usando demasiados fitosanitarios que afectan a las plantas y a los ácaros que las protegen.
¿Cómo se puede solucionar ese problema?
El objetivo que trabajamos aquí, con los colegas de la Universitat Jaume I de Castelló, es reducir el uso de productos químicos. La idea es conseguir un equilibrio entre la población de enemigos naturales de las plantas y de otros ácaros que no son perjudiciales. Los cultivos son ecosistemas, aunque sean artificiales, y allí viven muchos insectos, ácaros y otros seres vivos que son necesarios para generar ese equilibro en el ecosistema.
¿Qué le animó a dedicarse a la ciencia?
Personalmente que disfrutaba viendo la serie de Félix Rodríguez de la Fuente. Salimos unas cuantas generaciones muy abundantes de biólogos por su influencia.
¿La televisión actual fomenta el interés por la ciencia?
En general, los contenidos de la televisión ni fomentan la cultura, ni la educación ni el interés por la ciencia. Más bien todo lo contrario. Pero cuando ha habido ese tipo de programas pues se lograba ese interés. Ahora hay otras temáticas que tienen también una influencia muy grande.
