La Generalitat quiere llegar a la «calidad» en la sanidad valenciana a través de la eficiencia y la reversión y desprivatización de servicios externalizados hoy en día. Así lo verbalizó ayer el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, que anunció la puesta en marcha de un plan de «calidad, equidad y eficiencia» en el área de Sanidad para garantizar la mejor calidad de asistencia con el menor coste. Más que un plan al uso con su presupuesto asignado y sus objetivos concretos, el anunciado por Puig reúne una serie de medidas adoptadas ya en el área sanitaria como la reorganización de equipos médicos alrededor del paciente y otras que están por venir aunque ya han sido anunciadas como la compra generalizada de fármacos para ahorrar en el ámbito hospitalario o la vuelta a la gestión pública del servicio de resonancias o hemodiálisis.

De hecho, el concepto de «eficiencia» en la gestión es un puntal transversal en la política de la consellera Carmen Montón por lo que el plan de calidad anunciado ayer por Puig tras su reunión con Montón y con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, se puede incardinar en esta política de «hacer más con menos» que predican en el área.

En este sentido Puig insistió en que no habrá «más recortes» y recordó cifras como el ahorro esperado de 17 millones de euros con la vuelta del servicio de resonancias o de 10, en el de hemodiálisis aunque no especificó el dinero que hará falta invertir para adquirir la maquinaria necesaria en ambos casos. Como viene haciendo en sus últimas intervenciones, el president reivindicó de nuevo una financiación «más justa» y los 303 millones pendientes de cobro por la asistencia sanitaria a desplazados o los 27 millones por los fármacos de la hepatitis C. Por último, Montón defendió el plan estival pero aseguró que se evaluará tras el verano para ver si se modifica para 2017.