Compromís se convirtió en el puente entre el PSOE y Podemos en la pasada legislatura. Joan Baldoví llegó a plantear «in extremis» un acuerdo con las formaciones de izquierdas para que los socialistas abandonaran su acuerdo con Ciudadanos que no fructificó. Finalmente hubo que recurrir a la repetición de elecciones en las que el PP incrementó su mayoría hasta los 135 diputados.

Tras el pacto entre PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, que les deja a seis diputados de conseguir la mayoría, algunos dirigentes de Compromís echan la vista atrás y se lamentan, tanto de la cerrazón del PSOE de no intentar un acuerdo por la izquierda, como de la mostrada por Podemos cuando hubo una posibilidad de investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno junto a Ciudadanos. En los presupuestos, los podemitas y la coalición habrían podido influir de una manera muy importante ante la debilidad electoral del pacto.

Pero la oportunidad pasó y en la coalición ven con temor una investidura de Rajoy con el sí de Ciudadanos y un programa de recentralización que en Compromís temen que pueda provocar el retroceso del Estado de la autonomías y sobre todo de modelos más abiertos. Ahora, miembros de la coalición reflexionan en privado si no hubiera sido mejor que Podemos se hubiera abstenido en la investidura de Pedro Sánchez.

Para empezar, explican, Mariano Rajoy habría desaparecido de la política al perder la presidencia del Gobierno y el PP hubiera tenido que afrontar los siempre complicados procesos de relevo. Además, la abstención de Podemos hubiera puesto en un brete a Ciudadanos, puesto que habría quedado emparedado entre los socialistas y los podemitas. De esta manera se hubiera configurado un Ejecutivo en minoría que, por lo menos, habría sido más afín y comprensivo con los inquilinos del Palau de la Generalitat. El momento es otro y ahora Rajoy es el que más cerca está de la victoria.