El paso de los días hace que el temor a que aparezcan más restos humanos en las aguas del Penyal d´Ifac empiece a desaparecer. Tras hallar los buceadores de Calp y Benissa el pasado fin de semana tres paquetes (uno no se llegó a recuperar), los especialistas del GEAS de la Guardia Civil rastrearon estos fondos marinos. Los submarinistas ya han recuperado la rutina. Vuelven a hacer inmersiones.

Los buceadores del centro de buceo Dive & Dive de Calp, que descubrieron el segundo paquete, relataron a este diario el miedo que les asaltó al abrir un poco la sábana en la que estaban envueltos los restos óseos y los objetos rituales. «Habíamos bajado a buscar un ordenador de buceo que, por la mañana, habíamos perdido. Uno de nuestros buceadores abrió un poco la sábana y se aterrorizó al ver una muñeca. Ya no escudriñó más», explicó un submarinista calpino.

El instructor del centro de buceo de Benissa que recogió el primer fardo estaba convencido de que era basura. Al llegar al puerto de les Basetes y antes de tirarlo a un contenedor de basura, lo abrió junto a otros compañeros. Todos se quedaron de piedra. Dentro había un esqueleto humano casi completo y toda una colección de objetos siniestros. En ese hato, como ya avanzó Levante-EMV el mismo sábado a las pocas horas de encontrarse, estaban los palos y cañas con nombres inscritos. Al final, esos nombres se han convertido en una pista clave para desentrañar el misterio de la brujería en el Penyal y el origen de los restos humanos.

La cara sur del Penyal, donde la roca es más vertical y granítica, ofrece algunos de los itinerarios submarinos más espectaculares de la Comunitat. El mar en seguida gana profundidad. A nada de la pared ya hay 20 metros. Las sábanas anudadas se pudieron arrojar desde tierra, desde el final del paseo Príncipe Felipe. Todavía no se sabe qué propósito ritual había detrás. Pero incluso secretos que se guardan en el fondo del mar también terminan por salir a flote.