A la primera fue el ´no´ y a la segunda también será ´no´. Pero la cuestión es sí habrá una tercera vez y si ese ´ no´ debe transitar hacia la abstención. La investidura fallida de Mariano Rajoy „hoy el Congreso de los Diputados volverá a rechazar al candidato del PP„ ahonda en la crisis institucional en la que se encuentra España con nueve meses de Gobierno en funciones, pero también redobla la presión externa e interna sobre el líder socialista Pedro Sánchez para que evite unas terceras elecciones. Pese a la firmeza de su discurso en el debate de investidura es evidente que Sánchez tiene una dilema, una disyuntiva que también se traslada al PSPV, dividido en torno a qué debe hacer su secretario general.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, fue uno de los primeros barones socialistas que expresó en público la necesidad de abrir un debate interno para reflexionar sobre la posición socialista. «Habría que hacer posible evitar un segundo fracaso», afirmó ayer. El jefe del Consell no ha pedido formalmente la convocatoria de un nuevo Comité Federal (como sí han hecho otros socialistas) si bien el inquilino del Palau está convencido de que el inmobilismo de Sánchez no conduce a ninguna parte y que la prioridad para salvar el proyecto socialista es evitar que los españoles vayan de nuevo a las urnas. Junto a Puig, otros dirigentes del PSPV piensan que Sánchez debe poner precio a su abstención. También, llegado el caso, explorar otras opciones de gobierno con Podemos, aunque con la línea roja de no ceder a las aspiraciones de los independentistas de Cataluña.

Ahora bien, el debate está abierto internamente en las filas del socialismo valenciano. Y es que la causa de Sánchez tiene también firpartidarios dentro del PSPV, quienes sin titubear consideran que el PSOE «no puede convertirse en la muleta de Rajoy». Esta es la opinión de la consellera de Sanidad y secretaria de Igualdad de la Ejecutiva de Sánchez, Carmen Monton, quien piensa que «por coherencia» al PSOE no le queda otra que ser «beligerante y combativo» y esforzarse por evitar la continuidad de un Gobierno que representa «la corrupción, la desigualdad y los recortes sociales». «Apoyar a Rajoy sería una irresponsabilidad, al tiempo que supondría una decepción a quienes nos han votado», indicó la titular de Sanidad en declaraciones a Levante-EMV. «El PSOE debe votar no», reiteró, al tiempo que recordó que su partido siempre ha trabajado para evitar nuevas elecciones. «Ya intentó evitar las segundas», apostilló.

En la misma línea se pronunció ayer el secretario general del PSPV-PSOE de Valencia, José Luis Ábalos. El también diputado nacional y miembro de la dirección parlamentaria, considerado uno principales apoyos de Sánchez en el PSPV, tampoco alberga dudas: «Nuestro esfuerzo no puede derivar en un gobienro injusto e indigno con el de Rajoy; abstenerse sería incoherente e iría en contra de mis principios». El dirigente tambén se mostró crítico contra quienes en su partido piden abrir una reflexión. «Quienes lo piden, deberían primero lanzar su propuesta», pidió. En su opinión, el comité federal no debería convocarse antes de las elecciones vascas. Como la consellera, Ábalos criticó que toda la presión sobre las terceras elecciones haya recaido en Pedro Sánchez: «Para todo el mundo él es el problema, es el castigo a un hombre que no está en venta», añadió.

Sea como fuere, a la encrucijada a la que se enfrenta Sánchez y el PSOE no es ajena la organización valenciana. Puig, cercano a la andaluza Susana Díaz, tendrá sin duda un papel clave en el comité federal e incluso, llegado el caso en una futura gestora si los partidarios de la abstención se imponen y obligan a Sánchez a rectificar.