«Políticamente lo que tienen que hacer las personas que están en cualquier cargo es explicar, demostrar y que esas explicaciones sean razonables». Así esquivó ayer Mónica Oltra la defensa del alcalde de Tavernes, Jordi Juan, después de que el Partido Popular haya denunciado ante la Fiscalía al edil por un viaje realizado a Burgos el pasado mes de julio. Un viaje que terminó con multa por exceso de velocidad con identificación errónea del conductor, dietas cobradas indebidamente y gastos de hotel de tres días con familiares incluidos remitidas al ayuntamiento de la localidad de la Safor.

Tras la polémica suscitada al respecto, algunas personalidades de Compromís, partido al que pertenecen tanto la vicepresidenta del Consell como el alcalde de Tavernes, salieron a «poner la mano en el fuego» por Juan, como fue el caso de Joan Baldoví. Ayer, sin embargo, al tiempo que Oltra hacía una cerrada defensa del nombramiento de Enric Nomdedéu como secretario autonómico de Empleo, cambiaba la retórica respecto a Jordi Juan, situado políticamente en el sector crítico con la dirección del partido.

Respecto al nombramiento de Nomdedéu, oficializado ayer en el pleno del Consell, Oltra defendió que obedece a una «solvencia técnica y política probada». A pesar de ello, la designación ha sido objeto de crítica por parte de los propios militantes del Bloc, a los que Oltra dirigió también un mensaje: «los nombramientos son prerrogativa del Consell. Todos tenemos libertad de expresión, pero esas decisiones le toca tomarlas al ejecutivo valenciano».

Relaciones finitas en Economía

En este sentido, el jefe de gabinete del conseller de Economía, Rafa Carbonell, hizo público un comunicado en el que rechazaba esta decisión, reprobada también desde algunos sectores por ser el partido el que elige directamente a un alto cargo del Consell, cuando el espíritu del Pacte del Botànic apunta a la separación entre las formaciones políticas y el gobierno valenciano.

El jefe de Carbonell, esto es, el conseller Climent, fue uno de los que avaló en la ejecutiva del Bloc el nombramiento de Nomdedéu, lo que ha dejado una situación que sería de ruptura si no fuera porque a Carbonell le queda poco tiempo en la conselleria.

Y es que tras la última asamblea del Bloc, Carbonell fue nombrado portavoz de la nueva ejecutiva que dirige Àgueda Micó en un intento por aunar las dos líneas que se disputaban la dirección de la formación valencianista. Así, a la espera de que el partido le encuentre acomodo económico, el portavoz continúa en el gabinete de Climent. Fue ahí donde protagonizó otra de las polémicas que han salplicado a la conselleria de Economía, ya que Carbonell se enrocó en la defensa de la anterior directora general Mónica Cucarella, en contra del criterio del propio conseller, quien entonces le retiró la confianza.