No quiso extenderse mucho sobre el asunto, pero la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, se unió ayer a las voces críticas en su partido por el nombramiento del exministro de Industria José Manuel Soria como alto cargo del Banco Mundial. La designación de Soria, conocida horas después de finalizar el debate sobre la investidura fallida de Mariano Rajoy, ha generado una gran convulsión interna en el partido.

A lo largo de la semana varios dirigentes regionales, entre ellos el presidente de la Xunta de Galicia y candidato a las elecciones gallegas, Alberto Núñez Feijoo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, han cuestionado abiertamente el polémico nombramiento. Soria tuvo que dimitir de Industria tras airearse que había ocultado que tenía una empresa en un paraíso fiscal. Ahora era el candidato del Ministerio de Economía para alto cargo del Banco Mundial, aunque ayer, a primera hora de la tarde, renunció al puesto tras la presión mediática.

«Su nombramiento ha sido un error», reconoció ayer Bonig, cuestionada por los periodistas en su comparecencia de prensa tras la reunión de la junta de síndics de las Corts. Bonig indicó que suscribía «al cien por cien» las palabras de sus compañeros de partido y, en concreto, citó a Feijoo y a Cifuentes. El pasado lunes el dirigente gallego indicó que veía «difícil de entender» la elección de Soria e instó al ministro de Economía, Luis de Guindos, a dar una explicación. El mismo día la presidenta madrileña aseguró que ese nombramiento «no debería haberse hecho». Y al igual que Feijoo pidió explicaciones a los responsables de la elección, un dardo dirigido a De Guindos y al propio Rajoy. En las últimas horas el propio presidente del Gobierno en funciones había tenido que defender la idoneidad de Soria para el puesto con el argumento de que no era un político, sino un funcionario y que había participado en un concurso. Este extremo fue desmentido por el PSOE ya que el proceso de elección de estos altos cargos no se hace por concurso. Otros miembros del Ejecutivo, como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, han cerrado filas con el líder nacional.

Parca en palabras

Bonig no quiso ayer extenderse en su reflexión. A la primera pregunta de los periodistas, se limitó a decir que se remitía a las declaraciones de Feijoo y Aguirre. A la segunda pregunta, precisó: «Ha sido un error». Es la primera vez que la presidenta regional del PPCV se desmarca abiertamente de la posición oficial de Génova. En otras polémicas de ámbito nacional en las que dirigentes del PP se han saltado la línea oficial, Bonig siempre ha tratado de no ponerse del bando de los críticos.

La dirigente popular es un mujer de partido poco dada a airear controversias internas. Además, Rajoy fue su principal valedor para convertirse en la sucesora de Alberto Fabra al frente del PP valenciano. Ahora bien, buscar defensa al caso del exministro Soria era muy complicado para la organización valenciana. Además, no pocos de sus dirigentes (aunque siempre en privado) se muestran proclives a un nuevo liderazgo.