La Guardia Civil y la Policía Local de Xàbia mantuvieron cortados los caminos y carreteras que conducían a las grandes urbanizaciones que, bien durante la noche, bien por la mañana, tuvieron que ser desalojadas para evitar que el fuego acabara por provocar tambien daños personales. A pesar de ello, Xàbia no pudo evitar que el fuego, además de causar una catástrofe, se convirtiera en un espectáculo para miles de personas. Eso ocurrió especialmente a partir del mediodía, cuando un cambio en la dirección del viento reavivó las llamas, que se desplazaron hacia la Granadella, devorando toda la vegetación. Numerosas personas se acercaron a las áreas que miran hacia la cala de la Granadella, especialmente a lo largo de la carretera del Cap de la Nau, y presenciaron, entre asombrados y resignados, cómo el esfuerzo de todo el dispositivo de extinción no era capaz de evitar que las llamas llegaran a las viviendas de la zona. S. S. XÀBIA