Viven en un paraje único, en plena naturaleza. Bosque mediterráneo, aguas cristalinas, fauna y flora única y diversa... Pero, por eso mismo, por habitar en pleno parque natural, los expertos advierten a quienes habitan en las diversas urbanizaciones que ocupan la Granadella, en Xàbia: «Los vecinos deben saber que viven en un polvorín».

Expresan la misma frase tanto el profesor de la Universidad Politécnica de Prevención de Incendios Forestales, Rafael Delgado, como el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas. Y lanzan el mismo mensaje al resto de vecinos que habitan en los parques naturales de la Comunitat Valenciana: «La inversión en el cuidado y la conservación de los bosques debe ser una prioridad y no lo es, así que si se desata un incendio el riesgo es inmenso en estas zonas habitadas ya que, por ejemplo en Xàbia, vive demasiada gente en un paraje espectacular».

«Desde mediados del siglo XX estamos ante un escenario nuevo donde la agricultura pasó a la historia y los campos se abandonaron. En Xàbia, además, el problema se acentúa por el turismo y porque las zonas forestales están plagadas de urbanizaciones», asegura el profesor de la Universidad Politécnica, Rafael Delgado. Y añade: «Estas zonas son muy difíciles de evacuar, tienen dificultad para que entren los camiones de bomberos y, encima, están habitadas por gente mayor o extranjera que ni tan siquiera conoce el idioma».

«Situación peligrosa»

Para acabar con esta especie de «bomba de relojería», Delgado apunta a una reflexión sobre qué hacer con el espacio forestal abandonado. «De entrada debería haber planes de prevención de incendios y de contingencia en estas zonas, pero más del 90 % de las localidades ni lo tienen ni lo esperan, aunque lo exija la ley. Para continuar, la vegetación debe ser mínimamente tratada „porque el bosque crece y crece„ y los protocolos deben estar a punto. Nada de esto se cumple y la situación es peligrosa. Necesitamos prevención, inversiones e información porque, en realidad, cuando ocurre un incendio así los vecinos no saben qué deben hacer. No tienen ni idea. No saben si irse, si quedarse o si intentar apagar las llamas con un cubo», afirma el experto.

Así que, si se trata de establecer una hoja de ruta para las Administraciones, Delgado lo tiene claro: «Lo primero que necesita la Comunitat Valenciana es un Plan de Ordenación Forestal, que establezca una planificación técnica y ordene el territorio; y lo segundo, que el medio ambiente tenga una actuación global y se mantenga al margen de las oscilaciones políticas por lo que un Pacto por el Territorio Forestal también es más que necesario».

Para el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, vivir en «un parque urbano con arbolado» hace imprescindible la existencia de «planes municipales de evacuación» similares al que «existe, por ejemplo, en el Vedat de Torrent».

«Muy pocos municipios tienen previsto qué hacer si se desata un incendio, pero muchos cuentan con zonas urbanizadas en plena vegetación», asegura. «En muchas de estas zonas serían necesarios cortafuegos pero... ¿qué hacemos con la zona limítrofe? ¿El propietario cede parte de su parcela por el bien común? O si la parcela no está urbanizada ¿cómo lo arreglamos? La solución no está clara, pero es evidente que esas viviendas están en un polvorín porque, además, en cualquier sitio urbano siempre hay gente moviéndose con lo que un incendio por cualquier negligencia es facilísimo».