No es muy habitual ver a un presidente catalán en el Palau de la Generalitat. La última vez sucedió en 2009, cuando el socialista José Montilla se reunió con el popular Francisco Camps. Fue la única visita durante la etapa de gobierno del PP, porque la anterior, de Jordi Pujol, se remonta a 1993, en los tiempos ya remotos de Joan Lerma como jefe del Consell.

La normalización de las relaciones con la vecina Cataluña „principal cliente de las empresas valencianas„ ha sido uno de los objetivos del bipartito valenciano encabezado por Ximo Puig. En esa línea se sitúa la visita que realizará el próximo día 19 el actual líder catalán, Carles Puigdemont. Lo hará ocho días después de encabezar la manifestación independentista convocada por la Diada del 11 de septiembre.

Al igual que en el encuentro entre Montilla y Camps, y como en el que mantuvieron en Barcelona Alberto Fabra y Artur Mas (también estaba el presidente murciano), el Corredor Mediterráneo será el eje de la reunión.

Puig y Puigdemont se entrevistarán primero en el Palau. Ambos presidirán luego una cumbre para escenificar un frente común ante el Gobierno central para exigirle un calendario concreto y la creación de la figura de coordinador, medidas con las que pretenden impulsar la conexión férrea.

El conseller catalán de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, anunció ayer la cumbre tras una reunión de la Mesa Estratégica del Corredor Mediterráneo.

La delegación catalana viajará a Valencia el día 19 en Euromed para reunirse con el Foro Valenciano por el Corredor Mediterráneo y «dar una imagen muy sólida ante la UE». «Con el Corredor Mediterráneo, poca broma. Para nosotros es muy importante y aquí no caben divisiones. No queremos más excusas, sino hechos concretos», dijo el conseller.

Rull destacó la importancia de hacer frente común con la Comunitat Valenciana, un frente al que también quieren sumar a Baleares, Aragón, Murcia, Andalucía y la región francesa del Languedoc-Roussillon.

Puig realizó una visita oficial a su homólogo catalán el pasado 18 de mayo, cuando pronunció una conferencia en el Foro Barcelona Tribuna. Hablaron ya entonces de una devolución del gesto, dentro de la línea de normalización de unas relaciones que han sido tensas durante la etapa del PP por el fantasma del pancatalanismo.