Sueca no cuenta con una Ruta del Arroz en su localidad, cuenta con tantas como el visitante desee. En cada momento del ciclo del cultivo del preciado producto aparece un paisaje diferente en el término municipal, por lo que la excursión para conocer los entresijos de la producción o los secretos de la idiosincrasia vecinal se debe realizar en varios meses distintos de un año. El arrozal es un recurso paisajístico incomparable y por ejemplo al final de la primavera y en verano los campos de arroz gozan de un tapiz verde que en otoño se convierte, tras la siega, al ocre del suelo virgen. Las inundaciones del avanzado invierno devolverán el color a una tierra que se llena de fauna llegada, vía aérea, de todos los rincones del planeta. La inmensidad y los cambios del arrozal bajo sus ciclos de cultivo se contemplan perfectamente (sin comparación posible alguna) desde la Muntanyeta dels Sants, coronada por la ermita dels Benissants de la Pedra en honor a los santos Abdón y Senén, patrones de los labradores y protectores de la cosecha. Data del siglo XIV. La ruta puede continuar después por la marjal hacia el «ullal de Baldoví», manantial por excelencia del parque y de gran relevancia por su patrimonio natural. Los manantiales de agua subterránea de Sueca cuentan con observatorios y miradores desde los que se pueden conocer especies de fauna y flora, algunas representativas de la zona como el protegido «samaruc».

Sueca es el pueblo por excelencia de la paella. Lo acreditan por ejemplo los más de cincuenta años de concurso internacional, con un continuado perfeccionamiento en la elaboración de un plato gastronómico que define (como pocos) a la Comunitat Valencianas. Los potingues realizados en algunos puntos del territorio español bajo la genérica denominación de paella son considerados ofensivos en toda la Ribera Baixa, pero un poco más si cabe en Sueca. Es hoy, precisamente, cuando se concentrarán allí algunos de los mejores cocineros del territorio valenciano y español para cocinar el plato del «socarraet». Los orígenes del Concurs Internacional de Paella Valenciana de Sueca se remontan al año 1961 debido al «boom» turístico y de concursos gastronómicos. En aquella época, Sueca celebraba el 600 aniversario de la Troballa de la Mare de Déu y aprovechando la ocasión, el entonces alcalde, Francisco Segarra, quiso crear una fiesta dedicada a la paella. En 1990 destacó como punto de inflexión porque la participación se extendió a Europa, América y Japón, abriendo las puertas del concurso al ámbito internacional. Entre los ganadores brillan muchos cocineros valencianos pero destacan otros llegados de La Habana, Murcia, Las Vegas o Madrid, caso del vigente ganador.

Restaurantes excelentes en los que se pueda comer un buen arroz hay prácticamente en cada calle de Sueca y sus pedanías, aunque son muy recomendables Casa Salvador, Rocher o Ri-Ra.

La capital de la Ribera Baixa vive inmersa esos días en las fiestas locales. El emblemático Paseo de la Estación de Sueca acoge hasta hoy una nueva edición de la Feria Gastronómica «Firarròs», donde los asistentes pueden conocer las últimas novedades del mundo del arroz y degustar una gran variedad de tapas, embutidos y dulces típicos por un precio de 1'5 euros cada ticket.

Otra visita en la ruta en busca de la esencia de Sueca puede ser por el Museo de l'Arròs, que está situado en un enclave envidiable, dentro del Parque Natural de l'Albufera (en la Carretera Nacional 332 , exactamente en el kilómetro 256), y cuenta con el reconocimiento oficial de «Turismo de Naturaleza».

El museo incluye una visita guiada de una hora y media de duración entre aperos de labranza, semillas, variedades del arroz o la indumentaria tradicional.