­En 200 años no se había catalogado ninguna puesta de huevos de tortuga boba en el litoral mediterráneo peninsular... y de repente, en apenas diez años, se han registrado ocho. La primera de ellas se produjo en una playa de Vera, en Almería, en 2006 y, la última, este mismo verano en les Palmeres, en Sueca. Esto no quiere decir que anteriormente no se hubieran producido, podrían no haber sido avistados, pero sí demuestra una nueva tendencia: al parecer, la tortuga boba está colonizando la Península y, por tanto, también la C. Valenciana.

«Cada vez vamos a ver más tortugas desovando aquí y nos vamos a tener que acostumbrar», aventura Juan Eymar, técnico de la Conselleria de Medio Ambiente en Recuperación de Fauna Marina. La presencia de tortuga boba (Caretta caretta) es habitual en el mar Mediterráneo, pero para desovar solían elegir las costas del norte de África y de Turquía, porque son regiones más cálidas.

El motivo, según Eymar, se debe a su instinto de supervivencia. «Si la zona donde dejan los huevos es más cálida es más probable que salgan hembras, y la especie necesita que haya más hembras para garantizar su supervivencia», explica. De hecho, según explican los especialistas, a partir de los 29 grados de la arena la probabilidad de que nazcan más hembras crece considerablemente. En todo ello juega un factor clave el calentamiento global, que ha provocado que la temperatura de nuestras aguas y arenas crezca, lo que parece que ha terminado por atraer a estos galápagos.

Otra de las características fundamentales que determinan el lugar donde pone su nido esta especie, que fue declarada en peligro de extinción en 1996, es la filopatría. Estas tortugas tienden a volver al lugar donde nacieron para poner sus huevos. Por eso, es de esperar que, si las condiciones medioambientales permanecieran estables, dentro de unos 30 años los pequeños galápagos que acaban de nacer vuelvan a las costas del mediterráneo español para dejar a sus futuras crías.

Cuatro nidos en diez años

Hasta el momento, hay constancia en los últimos diez años de cuatro nidos de tortuga boba en la Comunitat Valenciana. El primero de ellos se encontró en Puçol, en 2006, con 78 huevos. En 2014 se detectó otro en la playa de San Juan en Alicante, y un año más tarde uno nuevo en La Mata, Torrevieja. El último y más reciente caso fue el pasado 2 julio en Sueca, cuando unos jóvenes descubrieron por la noche a un galápago en la playa de les Palmeres que estaba desovando. Esta misma semana nacieron 37 crías de esta tortuga en la Reserva de la Punta, en el Saler, mientras que otras diez vieron la luz varios días antes en l´Oceanogràfic.

Pero no solo se han registrado nidos en la Comunitat Valenciana a lo largo de la geografía española. De hecho, el primero de ellos se encontró en Almería en 2006, mientras que también han aparecido otros en Barcelona, Tarragona y Pulpí (Almería).

Programas de concienciación

A la vista de que la llegada de tortugas boba a nuestras costas para anidar va a aumentar, algunas administraciones ya han decidido iniciar programas de concienciación. Así, Eymar aseguró que para el próximo verano, el período en que ponen los huevos estos galápagos, la conselleria preparará una campaña que recuerde el protocolo a seguir ante estos avistamientos. También el Ayuntamiento de Sueca, donde anidó la última tortuga, prevé lanzar una campaña informativa en los colegios.